"Aunque ya tengo 80 años, mientras pueda moverme, ¡ayudaré a estos niños a crecer de manera saludable!", dijo Miao Yanxiang. A través de las gafas de lectura, se puede ver la firmeza en los ojos del anciano.
En 2009, Miao Yanxiang vio que muchos niños de zonas rurales, cuyos padres eran trabajadores migrantes, se metían en los cibercafés recién abiertos después de la clase, obsesionados con los videojuegos en línea y sin intención de aprender cosas nuevas. Esto puso muy triste a Miao, profesor jubilado que había trabajado en una escuela primaria local.
Decidió hacer algo. Miao Yanxiang usó su propia casa para impartir clases de tutoría extracurriculares gratuitas para los niños, y se ofreció como voluntario para dar clases particulares para ayudar a los estudiantes con las tareas escolares. Han pasado ya 12 años. Muchos de aquellos niños y adolescentes han sido admitidos en las universidades para continuar persiguiendo sus sueños.
“Aunque ya tengo 80 años, mientras pueda moverme, ¡ayudaré a estos niños a crecer de manera saludable!”, dijo Miao Yanxiang. A través de las gafas de lectura, se puede ver la firmeza en los ojos del anciano.
