Pan Meier, ganadora del 42.º Premio Nightingale, ha dedicado más de 20 años de su juventud al cuidado de los enfermos de lepra.
En una montaña remota de la provincia de Zhejiang, ubicada en el este de China, se encuentra uno de los primeros hospitales de lepra del país.
En 1996, Pan Meier, quien tenía el sueño de salvar vidas, fue a trabajar allá después de graduarse de la escuela de salud.
"Sentí un olor acre justo cuando estaba cerca de la habitación de un enfermo, y rápidamente me tapé la nariz inconscientemente. Más tarde supe que era el olor de las úlceras leprosas", comentó de su primera experiencia en la ronda médica, la cual quedó impresa en su mente.
Para reavivar la esperanza de vida de estos pacientes que han sido torturados por esta dolorosa enfermedad, Pan Meier no retrocedió. Durante más de 20 años trabajando acá, ha ayudado a los médicos a curar a más de 150 pacientes que padecían lepra.
"Ella nunca nos trata como extraños, siempre se muestra apasionada y atenta con nosotros, más cerca de los familiares". Los pacientes de lepra nunca llaman a Pan Meier "la enfermera jefa", sino que la llaman cariñosamente "Amei".
Pan Meier, ganadora del 42.º Premio Nightingale, ha dedicado más de 20 años de su juventud al cuidado de los enfermos de lepra.
