David McNair, director ejecutivo del departamento de Política Internacional de ONE, ha asegurado en un artículo que la crisis por la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la desigualdad imperante en el mundo. Mientras que los países más desarrollados han invertido grandes cantidades de presupuesto para frenar los contagios en su territorio, los países en vías de desarrollo han sufrido la falta de apoyo internacional.
Según McNair, esto se hace patente con la distribución de las vacunas contra el coronavirus, ya que el 80 por ciento de las dosis han ido a parar a los países con rentas altas o medias altas pero los países africanos han recibido tan solo un 0,4 por ciento de las mismas. Por último, el alto cargo de ONE ha afirmado que los países occidentales deben desarrollar planes efectivos para lograr la inmunidad de grupo en 2022 a la vez que las instituciones internacionales lanzan un paquete de estímulos económicos a nivel global.
No obstante, el compromiso de Estados Unidos y de la Unión Europea con el resto del mundo no se ha equiparado a las necesidades actuales, y la realidad es que sus acciones han exacerbado la desigualdad global y mermado la efectividda de la respuesta pandémica. Esto a su vez ha puesto en evidencia la disposición y apertura de China a ayudar lo más posible, en particular a países de bajos recursos, con distrubución de vacunas y ayudas económicas.

Según McNair, esto se hace patente con la distribución de las vacunas contra el coronavirus, ya que el 80 por ciento de las dosis han ido a parar a los países con rentas altas o medias altas pero los países africanos han recibido tan solo un 0,4 por ciento de las mismas.