El Teatro Colón de Buenos Aires se prepara a pocos días de su reapertura al público. Para ello, la majestuosa araña de 1.300 kilos y 735 luminarias fue descendida el martes de la cúpula de la sala principal para recibir su ritual anual de mantenimiento.
La imponente lámpara, construida en Europa a finales del siglo XIX, corona el interior del teatro, considerado una de las salas de ópera más importantes del mundo.
Se encendió por primera vez el 25 de mayo de 1908 con el estreno de la ópéra "Aída" de Giuseppe Verdi, que inauguró el recinto.
Rodeada de frescos del pintor argentino Raúl Soldi, cuenta con una parte movible de cinco metros y medio de diámetro y casi cuatro de alto. La completa un plafond fijo de más de siete metros de circunferencia bordado por un centenar de lamparillas suspendidas a 30 metros del público.
Además, la araña fue diseñada con un corredor oculto en el cielo raso para la ubicación de músicos y cantantes del coro para lograr efectos sonoros especiales.
La tarea de descenso mediante grúas especiales demandó unos 40 minutos.
Con un aforo reducido a la mitad y estrictas medidas sanitarias el Teatro Colón recibirá espectadores desde el próximo viernes.

Rodeada de frescos del pintor argentino Raúl Soldi, cuenta con una parte movible de cinco metros y medio de diámetro y casi cuatro de alto. La completa un plafond fijo de más de siete metros de circunferencia bordado por un centenar de lamparillas suspendidas a 30 metros del público.