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Nixon predijo la pérdida de la preeminencia de EE. UU.
Actualizado 2021-07-20 07:11 GMT
CGTN en Español

Hace 50 años, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, habló con franqueza del desánimo estadounidense en un discurso que no captó la debida atención de periodistas e historiadores. En Kansas City, Misuri, y en medio de un contexto marcado por la agitación racial y las protestas contra la guerra, Nixon comparó las columnas del edificio de los Archivos Nacionales en Washington con antiguos imperios caídos: "Pienso en lo que sucedió en Grecia y Roma y podéis ver qué queda: las columnas. Las grandes civilizaciones del pasado, al hacerse ricas perdían su voluntad de pervivir, de mejorar, y terminaron siendo objeto de la decadencia que, eventualmente, destroza la civilización". Y lamentó: "Estados Unidos está alcanzado ahora este periodo".

Nixon aseguró que "Estados Unidos ya no se encuentra en la posición de total preeminencia o predominio" porque "hace frente a una situación donde otras cuatro potencias, la Unión Soviética, la Europa Occidental, Japón y China, tienen la capacidad de desafiarnos en todos los aspectos". Sin embargo, consideró que podía ser algo constructivo. Unos meses más tarde, Nixon dijo a la revista Time que "el mundo será un lugar mejor y más seguro si tenemos a unos fuertes y sanos Estados Unidos, Europa, Unión Soviética, China y Japón actuando como contrapesos unos de otros".

Nixon aseguró que "Estados Unidos ya no se encuentra en la posición de total preeminencia o predominio".

Nixon quería allanar el camino para un papel más limitado de Estados Unidos en los asuntos internacionales: distención con la Unión Soviética, abandono del patrón oro bajo los acuerdos de Bretton Woods y apertura a China. Mientras Nixon hablaba, su consejero de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, viajaba en secreto a Beijing para planificar la primera visita presidencial a China.

La predicción de Nixon resultó ser errónea, al menos en los cinco años anteriores a su fallecimiento en 1994. La Unión Soviética colapsó y Estados Unidos disfrutó de lo que Charles Krauthammer vino a llamar "el momento unipolar". En sus últimos años, Nixon argumentó que Estados Unidos dominaría la escena mundial y que su voluntad configuraría la nueva era.

Hoy, China está en ascenso, Rusia reemerge y Estados Unidos, de nuevo, se consume por la división y las dudas. ¿Desmentirá Estados Unidos las predicciones sobre su declive o se demostrará que Nixon fue un hombre adelantado a su tiempo?