El diplomático estadounidense J. Stapleton Roy, que sirvió con distinción en servicios exteriores y en diversas embajadas de Estados Unidos en Asia, entre ellas China, elogia la visión a largo plazo de los planes económicos de China. El diplomático estadounidense destaca también el crecimiento de la economía China en las últimas décadas y su proceso de reforma y apertura.
Por otra parte, reconoce que es presuntuoso pensar que se tienen las herramientas para forzar a China a hacer cosas que pertenecen a sus propios asuntos de gobernanza interna, o creer que hay que persuadirla para hacer las cosas a la manera occidental.
Roy, que nació en la ciudad china de Nanjing en 1935, ha sido testigo directo de muchos momentos de importancia en las interacciones entre China y Estados Unidos, y considera que la parte estadounidense no tuvo un acercamiento apropiado cuando China anunció su deseo de formar parte de la Organización Mundial del Comercio, al mostrar inicialmente una postura de rechazo.

J. Stapleton Roy elogia la visión a largo plazo de los planes económicos de China.
Con respecto al estancamiento de las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos en los últimos años, Roy cree que se debe a una combinación de dos factores. Por una parte, a una pérdida de autoconfianza por parte de Estados Unidos, y por otra, por el miedo de Estados Unidos a perder su papel hegemónico como potencia política y económica. Los planes de desarrollo de China a largo plazo, y los avances tecnológicos que está logrando en campos como la inteligencia artificial, la robótica o la computación cuántica, representan una dura competencia para un sector industrial en el que Estados Unidos había dominado históricamente. Por estos motivos, el exembajador estadounidense en China cree que se ha asentado la idea en Estados Unidos de que es necesaria una rivalidad estratégica con China.
Roy considera que las relaciones entre China y Estados Unidos no deben basarse en un modelo de competencia o rivalidad, y critica el enfoque de la política exterior estadounidense cuando piensa solo en sus propios intereses. A este respecto, apunta que Estados Unidos debería trabajar para conectar sus objetivos con los intereses comunes de otros países.