China ha anunciado nuevas medidas dirigidas a frenar la propagación de la variante Delta de COVID-19. Los esfuerzos se centran en reforzar los controles epidémicos en los aeropuertos y en las fronteras. En una conferencia de prensa celebrada este miércoles en Beijing, las autoridades ofrecieron los detalles de estos planes de control.
Según los informes, la última oleada de COVID-19 en China se inició a partir de los contagios de empleados del aeropuerto de Nanjing. Se cree que dichos trabajadores se infectaron al limipiar el interior de un avión.
En respuesta, las autoridades han señalado que los trabajadores de primera línea en servicios internacionales en aeropuertos y en puertos terrestres y marítimos, incluidos los marineros, tendrán que permanecer separados de sus familas mientras trabajen.
Las autoridades han declarado que China no emitirá documentos de salida o entrada, incluidos pasaportes ordinarios para ciudadanos cuyos motivos de viaje "no sean necesarios". Pero hay excepciones.
Los responsables también han declarado que China fortalecerá el trabajo conjunto con los países fronterizos para prevenir los casos importados de inmigrantes ilegales. El correo internacional, especialmente el de productos de la cadena de frío, pasará por controles estrictos en áreas designadas para tal efecto.

Los esfuerzos se centran en reforzar los controles epidémicos en los aeropuertos y en las fronteras.