El ritual del café de la mañana, cenar fuera de casa o incluso tener acceso a sitios culturales se ha complicado en Francia, en donde un pase de salud relacionado con el coronavirus fue introducido esta semana, lo que llevó a muchos a dirigirse en tropel a las ciudades fronterizas para disfrutar de la vida comunitaria sin restricciones y tiene en vilo la actividad de la hostelería local.
En la ciudad belga de Tournai, a unos 30 kilómetros al norte de Lille, Francia, Vincent Surmont, gerente de una cervecería, dijo a la televisión LCI que se ha notado un incremento en el número de clientes franceses desde que entraron en vigor las nuevas reglas para frenar el virus en el país vecino y que el número de clientes franceses ha aumentado entre 20 y 30 por ciento.
En la parte francesa la situación no es tan optimista.
Laurent Dumet, gerente de un bar de Halluin, en el norte de Francia, dijo a la radio regional France Bleu Nord que van a perder una buena parte de sus clientes y añadió que todos los que están renuentes a vacunarse irán a Bélgica.

En Francia, ahora las personas deben presentar un pase de salud si desean entrar a restaurantes y bares.
La misma preocupación fue expresada por Roland Heguy, presidente del sindicato de negocios del área de la hospitalidad, UMIH, quien considera que "el pase de salud causará una reducción de entre 15 y 20 por ciento en el número de visitantes".
Heguy dijo en una reciente entrevista con el diario La Croix que "una encuesta de opinión reciente mostró que más del 40 por ciento de los franceses no planea ir a restaurantes durante sus vacaciones cuando el pase de salud se vuelva obligatorio. Además, comentó que "esto sólo incrementará la presión económica sobre nuestro sector".
En Francia, ahora las personas deben presentar un certificado que demuestre que se han vacunado contra la COVID-19, un resultado negativo de una prueba o prueba de que se han recuperado recientemente de la enfermedad si desean entrar a restaurantes y bares o tener acceso a viajes en avión o tren de larga distancia o a tratamientos hospitalarios que no sean de emergencia. El pase de salud también es necesario para visitar museos o ir al cine, parques de diversiones, piscinas y gimnasios.
Las nuevas reglas fueron aprobadas por la Asamblea Nacional en julio. Aunque el ejecutivo afirma que las nuevas reglas son necesarias para contener la muy contagiosa variante Delta y evitar nuevos confinamientos nacionales, los críticos afirman que las medidas son un ataque a las libertades personales de las personas.