Japón, Estados Unidos y Corea del Sur sostuvieron una reunión trilateral el 13 de septiembre en Tokio sobre los esfuerzos para reanudar los diálogos con la RPDC, un día después de que Pyongyang lanzara un misil crucero de largo alcance. Las negociaciones sobre la desnuclearización permanecen en punto muerto desde 2019, tras tres cumbres fallidas para lograr un acuerdo.
El enviado especial de Estados Unidos, Sung Kim, señaló que el último test de misiles fue un recordatorio de la importancia de una comunicación y una cooperación cercanas entre los tres países. Una opinión que también comparte su homólogo japonés, Takehiro Funakoshi.
Estados Unidos manifestó que está preparado para reanudar el diálogo con la RPDC, a pesar del test de misiles reciente. No obstante, Washington no ha aclarado si relajará las sanciones contra el país.
En julio se restablecieron las líneas telefónicas directas entre la RPDC y Corea del Sur, un gesto que alentó la esperanza de mejorar las relaciones. Pero el diálogo se interrumpió después de que Corea del Sur organizara maniobras militares con Estados Unidos. Pyongyang considera que estos ejercicios son muestra de que Estados Unidos se prepara para un ataque.
La RPDC ha descrito su último misil crucero como "un arma estratégica de gran significado", implicando que tiene capacidades nucleares. Sin embargo, se desconoce si el país ha desarrollado ojivas nucleares lo suficientemente pequeñas para instarlas en este tipo de misiles.
Funcionarios y expertos japoneses afirman que el lanzamiento de prueba supone una "nueva amenaza" a la región y que el último incidente muestra que la RPDC continúa con su desarrollo de misiles a pesar de las sanciones.

La RPDC ha descrito su último misil crucero como "un arma estratégica de gran significado".