La comunidad chiita de la ciudad afgana de Kandahar ha celebrado un funeral masivo en honor de las víctimas del atentado terrorista del viernes, día 15 de octubre, en la mezquita Fatimiya. El ataque se ha cobrado la vida de al menos 47 personas.

El ataque dejó un saldo de 47 personas, sin embargo, esa es solo la cifra oficial de muertos después de que una bomba suicida fuera detonada en la mezquita de Fatimiya en la provincia de Kandahar el viernes. En un funeral masivo para sus familias y amigos, los líderes de la comunidad chiita, como Haji Farhad, afirman que el recuento es mucho mayor.

"Estamos enterrando a 63 miembros inocentes de la comunidad chiita que fueron martirizados ayer durante las oraciones del viernes, pueden ver todas estas tumbas. Hay tantos otros que han perdido partes de sus cuerpos, y de los hospitalizados con una condición grave, no sé cuántos sobrevivirán", dijo Haji Farhad, anciano de la comunidad chiita.

ISIS se ha atribuido la responsabilidad. En un comunicado, el grupo dijo que dos de sus miembros dispararon y mataron a los guardias en la entrada de la mezquita antes de detonar sus explosivos. El ataque del viernes fue el más mortífero en Afganistán desde la retirada militar estadounidense y el regreso de los talibanes al poder. También fue el primer gran ataque de ISIS en el sur del país. El grupo lleva a cabo frecuentes ataques en su bastión oriental, pero recientemente ha mostrado signos de expansión, con ataques en el norte e incluso en Kabul. Los familiares que estaban enterrando los cuerpos de las víctimas pidieron a los talibanes que los protegieran.

"Nuestro cobarde enemigo es despiadado con todos, le pedimos al Emirato Islámico que piense seriamente en nuestra seguridad, porque nuestros enemigos dañarán nuestra sociedad por todos los medios posibles", dijo Sayed Mohammad Agha, clérigo chiita.

Los talibanes se han comprometido a reforzar la seguridad en las mezquitas chiitas. En repetidas ocasiones han prometido restaurar la paz y la seguridad después de décadas de guerra. También han dado garantías a la comunidad internacional de que no permitirán que el país sea utilizado como base para el extremismo. Sin embargo, los ataques han puesto en duda la capacidad de los talibanes para contrarrestar la creciente amenaza de ISIS.

Comunidad chiita de la ciudad afgana de Kandahar