Recientemente, ha aumentado la presencia del Estado Islámico en Afganistán, con ataques frecuentes en Kabul y otras partes del país. Por ello y otras cuestiones, aumentan las preocupaciones sobre la capacidad de los talibanes de mantener la seguridad en el país.
La seguridad en Afganistán fue una de las cuestiones debatidas en una reunión en Rusia entre representantes de los talibanes y enviados de 10 países, incluyendo Rusia, China, Pakistán e Irán. Llamaron a aumentar la ayuda humanitaria y económica y a formar un Gobierno inclusivo. Los talibanes aseguraron que la composición de su Gobierno aún no es final y que se implementarán nuevas reformas.
Esta no es la primera vez que los talibanes se reúnen en Moscú para discutir la situación en Afganistán. Pero, por primera vez, se encontraron con delegados de algunos de los países más influyentes de Asia Central como representantes de un Gobierno interino, en vez de una parte implicada en una guerra civil. Buscaban promesas de apoyo financiero para una economía en dificultades y el reconocimiento como Gobierno oficial de Afganistán. Eso, sin embargo, no estaba al caer. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, quiere que los talibanes cumplan sus promesas primero: es decir, la formación de un verdadero Gobierno etnopolíticamente diverso, la erradicación de las drogas y la eliminación de las numerosas redes terroristas que habitan en el país, tal y como explica el analista político Andrey Serenko.
"Debemos entender que Moscú, como muchos otros países, no tiene muchas oportunidades de influenciar a los talibanes. La posibilidad de reconocer a los talibanes es uno de los recursos más importantes. Solo los puedes reconocer una vez. Por eso, no existe ninguna prisa a la hora de reconocerlos", dijo Andrey Serenko, director del Centro Ruso de Estudios Políticos Afganos.
Los talibanes consideran que, reteniendo su reconocimiento oficial, la comunidad internacional corre el riesgo de desestabilizar aún más Afganistán.
"Si el nuevo Gobierno no recibe reconocimiento ni apoyo, los grupos que perturban la seguridad se verán fortalecidos. El nuevo Gobierno no permitirá que nadie ni ningún grupo menoscabe la seguridad de los afganos, los vecinos de Afganistán, los países en la región y más allá", dijo Abdul Salam Hanafi, vice primer ministro de Afganistán.
Según los mismos talibanes, la composición de su Gobierno no ha finalizado y cambiará. Pero en otro golpe a sus esperanzas, no se hacen realidad las promesas de apoyo económico directo ni acuerdos de grandes negocios, aunque sí existe apoyo económico de otro tipo:
"Estamos convencidos de que ha llegado el momento de movilizar recursos de la comunidad internacional para ofrecer asistencia humanitaria financiera y económica a Kabul, con el fin de prevenir una crisis humanitaria y frenar los flujos de migración", dijo Sergey Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.
Los delegados en la reunión de Moscú llamaron a Naciones Unidas a crear una conferencia para tal fin. Todas las naciones presentes señalaron qué países deberían aportar la mayoría de los fondos, según puede leerse en su comunicado conjunto: "las fuerzas cuyos contingentes militares han estado presentes en el país a lo largo de los últimos 20 años". Es decir, Estados Unidos, país invitado a la reunión, pero que no asistió debido a razones "técnicas". Representantes estadounidenses participarán en el próximo encuentro y Rusia afirma que estará encantada de coincidir con ellos. Todos los delegados acordaron que no hay más opción que dialogar con los talibanes. Mientras en Tayikistán: ejercicios militares conjuntos entre los países más preocupados por las incursiones terroristas a través de sus fronteras.

Como ha aumentado recientemente la presencia de Estado Islámico en Afganistán, aumentan las preocupaciones en la comunidad internacional sobre la capacidad de los talibanes de mantener la seguridad en el país.