El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó, el 29 de octubre, a Estados Unidos de intentar subvertir el orden interno en la isla. Y denunció que la embajada estadounidense en La Habana no está ahorrando esfuerzos para lograr ese fin.
"Diplomáticos estadounidenses mantienen reuniones con los cabecillas contrarrevolucionarios, les brindan orientación, toda la logística y, de manera directa e indirecta, también obtienen financiación", dijo el mandatario ante la Asamblea Nacional. En la sesión parlamentaria, a la que asistió el ex-presidente Raúl Castro, Díaz-Canel reiteró estas acusaciones que había lanzado días antes durante el II Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).
El presidente cubano, que también es el primer secretario del PCC, acusó a los diplomáticos estadounidenses de interferir en los asuntos internos del país con llamamientos diarios a la subversión.
Díaz-Canel preguntó cómo reaccionaría Washington si una embajada extranjera promoviera la desobediencia civil en su territorio, manifestaciones políticas contra EE. UU. o marchas masivas contra la legalidad establecida. "Existe una operación subversiva contra el país, financiada con fondos multimillonarios, la cual pretende trasladar una imagen de estado fallido en Cuba", denunció.
Por otro lado, el mandatario cubano se refirió al "oportunismo del adversario", aprovechando un repunte de la pandemia, cuando los cortes de electricidad eran frecuentes o la contracción en la oferta de servicios propició un clima de descontento e irritación.
En referencia a las 243 medidas contra Cuba impuestas por Donald Trump, vigentes actualmente bajo la administración Biden, Díaz-Canel señaló que "hacia Cuba, se arreció el bloqueo". Para el presidente de Cuba, todo lo anterior es incoherente con luchar contra la pandemia desde el multilateralismo, como prometió Joe Biden en la última Asamblea General de la ONU. "Se dictaron nuevas sanciones, activando un plan de desestabilización acorde al manual de instrucciones del golpismo blando", aseveró.
El presidente de Cuba, por otra parte, tampoco descartó otras actuaciones bélicas o incluso una invasión. "La fórmula del enemigo es ponernos de rodillas frente ellos, debilitando al pueblo para forzar la rendición de Cuba", aseveró. "Eso explica el mensaje de odio hacia los comunistas con su boicot a cada propuesta o salida económica", zanjó.
El objetivo de EE. UU., según el líder comunista, ha sido siempre el de hacer daño al pueblo cubano provocando escasez económica en la isla. "Ya no sirve el discurso de que las políticas buscan un debilitamiento del Gobierno de Cuba pero sin dañar al pueblo cubano", afirmó Díaz-Canel.
Si bien el bloqueo sigue siendo un obstáculo para el normal desarrollo en la isla, "el bienestar del pueblo dependerá de nuestros propios esfuerzos, pues EE. UU. no pondrá fin a estas políticas crueles mientras persista su anhelo criminal de adueñarse de Cuba", sentenció al cierre de la sesión legislativa.
Este jueves, el 28 de octubre, el parlamento aprobó las leyes de los Tribunales de Justicia, del Proceso penal, del Proceso administrativo y el Código procesal, cuatro textos que dan paso "a una profunda reforma judicial y procesal en el ámbito de la justicia cubana".
Esas leyes deben ser refrendadas por Díaz-Canel para entrar en vigor en enero próximo.