Geográficamente, Argentina es el país más lejano de China. Localizados en los hemisferios austral y boreal, la distancia de línea recta entre los dos países es de aproximadamente 20.000 kilómetros. Con una diferencia horaria de 11 horas, mirándose en diferentes días y noches, la curiosidad del uno hacia el otro se intensifica en los ámbitos de la música, las películas y las notas de viaje. 

El 19 de febrero de 1972, China y Argentina establecieron relaciones diplomáticas. Este paso permitió que todo lo que habitaba este imaginario se convirtiera en imágenes concretas.

Transcurridos estos 50 años, como resultados de la cooperación y el desarrollo bilaterales, los productos argentinos de alta calidad presentan un comportamiento cada vez más satisfactorio en el mercado chino. Coronados con los títulos de “granero”, “carnicería” y “bodega” del mundo, la soya, la carne de cerdo y de res, y los vinos argentinos se han vuelto cada vez más comunes en las mesas de las familias chinas. Con la gran sorpresa brindada por los productos argentinos a los paladares, nuestras expectativas con respecto al país sudamericano se expanden aún más.

Actualmente, China es el segundo socio comercial más grande de Argentina. 

Entre todos estos productos, lo más llamativo son los vinos. Según datos oficiales, en el año 2021, la exportación de los vinos argentinos ha registrado un aumento continuo. Y el volumen de exportación a China ha crecido más de 50%. Durante la pandemia, su potencial para el crecimiento continuado genera curiosidad sobre la valoración de los vinos argentinos en el mercado chino.

Historias como esta merecen la pena ser contadas. De igual forma, vale la pena que el mercado chino, incluso el mundial, conozca la gran abundancia de productos argentinos. Actualmente, China es el segundo socio comercial más grande de Argentina. Estamos convencidos de que, en el futuro, la cooperación económica y comercial, los intercambios culturales y las visitas oficiales de alto nivel entre los dos países marcarán una historia aún más brillante. Compartimos el buen deseo de ser testigos de la historia entre China y Argentina, con unos frutos más satisfactorios.