El ejército de Ucrania acusó a los rebeldes prorrusos de haber acabado con la vida de un soldado ucraniano, poco después de que la explosión de un gasoducto y un coche bomba en el este del país hiciera aumentar, aún más, la tensión. Estados Unidos mantiene que Rusia ya ha tomado la decisión de invadir Ucrania y que el ataque se producirá en los próximos días. Rusia, sin embargo, niega las acusaciones e insiste en que no tiene ninguna intención de atacar a su vecino. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, se encuentra en Bielorrusia para supervisar ejercicios militares conjuntos.
Según las fuerzas armadas de Ucrania, el soldado ucraniano resultó mortalmente herido el sábado tras la explosión de un obús en una zona que atraviesa las dos regiones secesionistas cerca de la frontera con Rusia, Donetsk y Lugansk. Los rebeldes han respondido acusando al ejército ucraniano de estar detrás de los últimos incidentes acaecidos en el Donbás, en medio de serias violaciones del alto el fuego. A su vez, han descrito la situación como "crítica" y han ordenado una movilización militar total.

Se han producido ataques con mortero y la explosión de un gasoducto en el este de Ucrania.
Expertos y altos funcionarios han descrito la situación como una de las peores crisis de la era posterior a la Guerra Fría. Rusia ha llamado a Ucrania a no integrarse en la OTAN, un gesto que, de producirse, situaría la Alianza Atlántica a las puertas de Moscú. El Kremlin desplegó a soldados cerca de su frontera con Ucrania; Estados Unidos ha alertado de una invasión inminente. Pero, mientras Washington sigue siendo incapaz de ofrecer pruebas evidentes, Rusia acusa a Occidente de "histeria".
Este tira y afloja entre Rusia y Ucrania hace semanas se prolonga. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asegura que Washington tiene "razones para creer" que Putin está planeando atacar Ucrania en los próximos días, incluyendo su capital, Kiev.
El viernes, Biden sostuvo una conversación telefónica con varios funcionarios de la OTAN y la Unión Europea. Líderes occidentales han llamado a evitar una guerra, pero ya se están preparando para imponer sanciones económicas a Rusia si estalla el conflicto.
China, por su parte, ha puesto en cuestión las informaciones sobre una supuesta guerra inminente.
"La credibilidad de la inteligencia estadounidense ya quedó en evidencia con Irak y Ucrania. Quiero hacer hincapié en que la solución política a la cuestión ucraniana no se alcanzará mediante el lanzamiento de bombas de humo sobre una guerra, amenazando con sanciones y presión, ni instigando a la confrontación. Deben abordarse adecuadamente las preocupaciones de seguridad de todas las partes, incluyendo Rusia, a través del diálogo y las negociaciones en base a los nuevos acuerdos de Minsk, y promover una solución integral a la crisis ucraniana y las cuestiones relacionadas", dijo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Rusia hizo públicas imágenes de soldados retirándose de su frontera, pero Estados Unidos ha puesto en duda las escenas. Mientras, Rusia está fortaleciendo sus lazos con Bielorrusia. Los líderes de los dos países se reunieron el viernes en Moscú y anunciaron nuevos ejercicios militares este fin de semana. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado enviar ayuda a la región sureña de Rostov, debido a la llegada de refugiados que huyen del este de Ucrania. Las fuerzas rebeldes empezaron a evacuar a civiles. Se han producido ataques con mortero y la explosión de un gasoducto en el este de Ucrania y los rebeldes prorrusos han acusado al Gobierno de Kiev de estar detrás de los incidentes. Ucrania ha negado las acusaciones. Estados Unidos mantiene, pese a todo, que hay espacio para la diplomacia. Algunos de los principales asesores en política exterior de Biden se reúnen estos días con altos funcionarios en Europa. Pero solo el tiempo dirá si estas conversaciones servirán para distender la situación.