El primer ministro de Bélgica y los miembros de la familia real belga visitaron el 20 de marzo la ciudad de Strépy-Bracquegnies, en la que un coche se estrelló a gran velocidad contra una multitud que celebraba una fiesta de carnaval.
Según las autoridades, al menos seis personas murieron y otras diez resultaron heridas de gravedad. El primer ministro Alexander De Croo, junto con el rey Felipe y la princesa Isabel, saludaron a los trabajadores de emergencia y expresaron su apoyo a las familias y a las víctimas.
De momento, la Fiscalía belga descarta que fuera un acto terrorista. Dos lugareños de unos 30 años fueron detenidos en el lugar de los hechos.

De momento, la Fiscalía belga descarta que fuera un acto terrorista.