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Desde la década de los ochenta, las encuestas electorales han sido parte importante de las elecciones brasileñas
CGTN Español

Este año, 210 sondeos ya fueron realizados en Brasil para conocer la preferencia del electorado brasileño sobre los candidatos a la presidencia del país latinoamericano. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en octubre de este año.

Si hay elecciones en Brasil, existen también las encuestas electorales. En los años en que los votantes brasileños deciden el futuro del país en las máquinas de votación  electrónicas, los sondeos electorales toman parte de los medios de comunicación y de la vida de los votantes. Los números publicados ayudan a la población a comprender y decidir sobre sus candidatos preferidos, considerando el escenario electoral, y posibilitan a los políticos formular estrategias de campañas electorales. Los resultados se vuelven esenciales en un país donde el voto es obligatorio.

Las encuestas de intención de voto, como se conocen hoy,  existen en Brasil desde la redemocratización en 1985, según el analista de datos y especialista en estudios de opinión Daniel Marcelino. "Al principio, no eran tan sofisticadas. Se concentraban en algunas capitales brasileñas, como Río de Janeiro, São Paulo, Porto Alegre o Belo Horizonte, por cuestiones de logística, revestimiento y costos", señala. Desde entonces, estos números aparecen todos los años electorales en Brasil, principalmente para las elecciones del Ejecutivo.

El objetivo principal de los sondeos electorales es conocer la preferencia de voto de los votantes brasileños, por eso se ven tantas encuestas en los años de elecciones para presidente, como es el caso del año 2022. De acuerdo con datos recogidos por el analista de datos Daniel Marcelino, 16 institutos están siguiendo de cerca la escena política brasileña este año con frecuentes sondeos. Uno de los más conocidos es el DataFolha.

Básicamente, los institutos de encuestas en Brasil trabajan con dos tipos de sondeos: el muestreo por cuotas y el muestreo probabilístico. El primero es el más utilizado en Brasil pues, además de ser teóricamente de confianza, es rápido y tiene más posibilidad de ser concluido.

El muestreo por cuotas se basa metodológicamente en los datos oficiales de la población brasileña para concluir los resultados de la encuesta. Por lo general, los datos proceden del Censo brasileño o del Tribunal Superior Electoral, que muestran cómo se divide la población en términos de edad, sexo, educación, raza e ingresos. A partir de ahí, los institutos entrevistan a los votantes que están dentro de las cuotas oficiales que representan proporcionalmente a la población.

En otras palabras, si los datos oficiales de la población apuntan que el 40% de los brasileños poseen un título completo, las cuotas de las encuestas tendrán un 40% de brasileños que tienen un título completo. La misma lógica se aplica, por ejemplo, al número de mujeres, hombres e ingresos.

Esta lógica explica las diferencias entre los números de los distintos institutos. "Tiene que ver con la forma en que las empresas interpretan y segmentan a la población brasileña que va a ser entrevistada. Hay empresas con más cuotas, cuotas de rango de edad, por ejemplo... una puede utilizar votantes de 16 a 17 años, otra puede llegar hasta los 24, otras pueden incluso tomar rangos de edad más amplios... lo mismo ocurre con los ingresos y otras situaciones", explica Marcelino.

Además de los datos de las cuotas, la forma en que se realizan las encuestas es muy importante para la metodología del proceso de interrogación. En la actualidad, en Brasil se prefieren las encuestas que se realizan en persona o por teléfono, a diferencia de Europa, por ejemplo, que opta por las encuestas digitales.

"Desde enero hasta ahora se han realizado 209 encuestas en Brasil para las elecciones presidenciales. El 59% se realizó en persona, el 43% por teléfono y el 1% se realizó por Internet", explica Marcelino.

Los criterios teóricos y metodológicos, así como el enfoque por cuotas que respeta la diversidad y la representatividad, hacen que las encuestas sean fiables, según el analista de datos. 

"Las encuestas son fiables siempre que sigan los supuestos de la teoría de las encuestas", señala Marcelino.

También es relevante cubrir otro factor teórico: el margen de error, que es una estadística que expresa la cantidad de error de muestreo aleatorio en una encuesta. Dado que las encuestas se realizan sobre estadísticas de cifras oficiales y no sobre valores absolutos (como la población exacta), es necesario el margen de error. Marcelino explica que cuanto mayor sea el número de personas entrevistadas, menor será el margen de error.

Incluso con todo el planteamiento teórico y metodológico, los resultados de las encuestas sufren frecuentes cambios por una razón: en un sondeo de opinión, las opiniones son mutables y cambian de vez en cuando.

Los cambios más pronunciados en la escena política brasileña se producen después de julio. "Principalmente, después de que los partidos registren sus candidaturas, tendremos una reorganización de las elecciones", señala Marcelino. Antes de julio, las cifras son hipotéticas, porque a menudo los candidatos no ganan fuerza dentro de los partidos para competir por los votos en las elecciones. Por ejemplo, las primeras encuestas electorales para las elecciones de 2022 fueron realizadas en 2019, por el FSB, con hipotéticos candidatos entre las opciones de voto, como el presentador Luciano Huck y el exjuez Sérgio Moro.

A pesar de los frecuentes cambios en el panorama político y en la opinión de los votantes, las encuestas electorales tienen la tradición de establecer el escenario político para la población y los candidatos.

"Funcionan tanto para que los votantes tomen decisiones como para los partidos políticos. Los sondeos de pedidos, por ejemplo, tienen funciones diseñadas para que los políticos y los partidos entiendan lo que el público y los votantes quieren. Y eso también ayuda a los votantes a anticipar el escenario", explica Marcelino.

Los resultados de las encuestas también son utilizados por los partidos políticos para tantear los nombres de los candidatos, como ocurrió en el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuando el exgobernador de Río de Grande do Sul, Eduardo Leite, y el exgobernador de São Paulo, João Doria, tuvieron posibilidades de convertirse en candidatos por sus partidos.

Actualmente, las encuestas muestran una polarización entre el actual presidente Jair Bolsonaro y el expresidente Lula da Silva. El último sondeo, publicado el pasado jueves (23 de junio) por DataFolha, mostró que Lula ganaría la primera vuelta con el 47% de los votos frente al 28% del actual presidente Jair Bolsonaro.

Hasta octubre, surgirán muchos números en la escena política brasileña. Habrá que esperar a ver en los próximos meses las idas y venidas de los estudios electorales.

Este año, 210 sondeos ya fueron realizados en Brasil para conocer la preferencia del electorado brasileño sobre los candidatos a la presidencia del país latinoamericano. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en octubre de este año.

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