Antes de liberarlo en el bosque, Juan sujeta con destreza de la cabeza y el cuerpo un ejemplar del venenoso heloderma charlesbogerti, un lagarto endémico del oriente de Guatemala al borde de la extinción.
Por su caminar lento y actitud pasiva los lugareños también lo conocen como "Niño Dormido", apelativo que además le da el nombre al Parque Regional Municipal donde acaba de ser liberado tras ser rescatado de una aldea en el municipio de Cabañas.
El reptil toca el suelo y con paciencia se pierde entre la vegetación.
Juan Alvarado, de 68 años, guardabosques del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) en el parque, cuenta a la AFP que la especie ha sido víctima del temor que despierta por su veneno que puede llegar a ser mortal, y también leyendas ancestrales sobre malos presagios al encontrarlo.
"Heloderma visto, heloderma muerto", dice Alvarado que advertían pobladores de esta región de bosques semiáridos en el valle del río Motagua, parte baja de la Reserva de la Biosfera Sierra de las Minas entre los departamentos (provincias) orientales de El Progreso, Zacapa y Chiquimula.
El hombre de cabello cano, quien ha dedicado 17 años a la protección de este lagarto de escamas oscuras con puntos y anillos amarillos, agrega que la especie también ha sido traficada ilegalmente hacia Europa como mascotas.
"Los europeos anteriormente daban (pagaban) hasta 2.000 dólares por un espécimen", menciona Alvarado.

Heloderma charlesbogerti, un lagarto endémico del oriente de Guatemala al borde de la extinción.