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La comunidad china en México trabaja para que sus raíces no sean olvidadas en medio de la globalización
CGTN Español
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05:35

Desde 1976 la comunidad china en México ha buscado inculcar su cultura e idioma a cada generación mestiza que hace vida en territorio mexicano. En una familia china que reside México, los miembros invierten cada fin de semana en el aprendizaje del mandarín y las danzas folklóricas para sentirse más cerca de sus raíces.

Temprano en la mañana, cada domingo, varias generaciones de la sangre china se sientan en la misma mesa para aprender el idioma que se dejó escuchar por estas tierras desde el Siglo XIX. Sus rasgos, tal vez, ya no son tan asiáticos gracias a la mezcla con la raza hispana, pero su corazón sí que lleva sangre de dos culturas milenarias. La mexicana, la aprenden en la escuela y en el día a día, la china; en este salón improvisado de un restaurante capitalino.

"Yo siento que para ellos es necesario aprender el idioma chino y también conocer la cultura porque ellos tienen el origen, tienen que saber esa parte de su historia", dijo la maestra de Chino Mandarín, Han Jinhong.

Es el primer encuentro con sus antepasados. Una hora dura la clase que intenta nivelar el conocimiento del mandarín. Empiezan contando números del uno al diez, hasta llegar a un coloquio rico en tradición.

"Tenemos un grupo bastante grande de chinos para que podamos conservar lo que es poder practicar el mandarín, ¿no? Entonces nos encanta a todos los que tenemos sangre china, también mestizos y no mestizos. Hay mexicanos", enfatizó la habitante china en México, Gabina Chiu Hu.

Terminada la clase, es hora de hacer sentir vivo el dragón que todos llevan dentro. La fuerza del León marca la intensidad en la danza y el respeto que quiere manifestarse.

"El León para nosotros es abundancia, para nosotros es un placer bailar, nos gusta mucho, es muy buena suerte. La familia de nosotros lo ha hecho por muchas generaciones, te digo, son tres generaciones. La danza de León en la comunidad china de México", dijo una habitante de tercera generación de chinos viviendo en México, Fernando Wong Balmaceda.

Inicia el calentamiento que con cada paso pretende dejar un legado. Una mezcla entre cardio y artes marciales bajo la supervisión de un mexicano con apellido chino también resalta a la cabeza del Dragón de competencia. Él sabe de dónde viene y entre su hoja de vida hay estudios de medicina tradicional china, pero quiere más.

"Muchos trabajan en oficinas y es estar mucho tiempo sentados. Entonces venirlos a poner a hacer ejercicios intensos aquí a veces traen dolores de lumbar. De ciática de rodillas y yo tengo que adecuar todo mi entrenamiento hacia movimientos que ellos no los lastiman. Y si los conjugo con la medicina tradicional, por ejemplo, con un poco de Taichi, con un poco de chico, hacer estiramientos, que los lleven al mejor movimiento y no se lastimen cuando hacemos los entrenamientos, o cuando hacemos las danzas", dijo el habitante chino-mexicano, Carlos Chong .

Abuela y nieto comparten en sus ojos secretos ancestrales. Esta abuela trota; este niño aprende a equilibrar dentro de su cuerpo aquel dragón y león que le forma el espíritu guerrero.

En la suerte de tarima cultural, la fuerza del guerrero y la delicadeza de las historias contadas sin voz se mezclan para mantener vivas las tradiciones de los ancestros que hoy también son suyas; de quien la baila, de quien la habla, de quien la siente.

La danza folklórica se manifiesta entre melodías inexplicables que van siendo traducidas al idioma del gesto, de la mímica, de la coreografía. Atento, a lo lejos, el conocido señor Chiu, no supervisa; disfruta percibir que su China sigue en pie y vive en cada uno de sus muchachos, en cada danzante.

"China y México son de los países que tienen cultura y tradición. No todo el mundo tiene la suerte de ser como México y China. Por lo tanto, yo estoy orgulloso porque he vivido muchos años en México y viví mi parte infancia en China y estoy muy orgulloso de los dos países”.

Para el presidente de la Comunidad china en México, si bien se busca que los paisanos no olviden sus raíces, también hay otros objetivos dentro de cada actividad como la de enseñarle la cultura del gigante asiático a los herederos mayas, aztecas y otras tantas civilizaciones que pasen por México, aunque sea de visita. Hablar de orgullo puede ser redundante cuando el sentimiento se une a la razón.

Más allá de las tablas del escenario, hay otras iniciativas que viene apoyando esta comunidad en México que puede contabilizar a más de 70.000 personas con sangre china dentro de sus miembros y otros miles con mezcla sino-mexicana. 

Cada año dan becas de estudio a hijos y nietos para que puedan ir a las principales ciudades chinas y aprender mandarín, mejorar las técnicas de la danza o simplemente conectarse con, repetimos, sus raíces. 

Para el presidente de la Comunidad china en México, si bien se busca que los paisanos no olviden sus raíces, también espera que se divulgue la cultura del gigante asiático.