Los pandas temen el calor extremo en lugar del frío intenso. Pueden moverse libremente en la nieve a menos 10-20 ℃, pero si se superan los 25 ℃, los pandas se sentirán incómodos. Para resistir el frío intenso, han desarrollado un pelaje espeso durante mucho tiempo. La superficie del pelaje es rica en aceite y las glándulas sudoríparas están poco desarrolladas, lo que dificulta la pérdida de calor corporal para adaptarse al entorno natural frío y húmedo de la región montañosa. Si la temperatura supera los 25°C, los pandas tendrán comportamientos como respiración acelerada e inquietud. Por lo tanto, los pandas en la naturaleza migrarán a altitudes elevadas en verano para evitar las altas temperaturas, mientras que para los pandas en cautiverio, se necesita controlar la temperatura interior dentro de los 25 °C, lo que les permite elegir libremente entrar y salir. También se usan el hielo, sprays, baños y otras formas para enfriarlos. No es difícil entender por qué los pandas son muy felices en los días de nieve.