Este es un año electoral en Brasil y el 5 de agosto es una fecha clave. Los partidos del país tienen hasta esa fecha para celebrar su convención nacional para elegir a sus candidatos presidenciales, y cada partido tiene hasta el 15 de agosto para inscribir a sus candidatos en el Tribunal Superior Electoral de Brasil. Varios analistas han dicho a CGTN que las elecciones de octubre son muy competitivas, puesto que los principales candidatos, el expresidente Lula y el actual presidente Bolsonaro, utilizan el "miedo al otro" para atraer a votantes, y debido a que las elecciones tendrán lugar en un ambiente de "rivalidad política y polarización". Los próximos dos meses serán cruciales tanto para Lula como para Bolsonaro.
Partidos han presentado candidatos, con el expresidente y el presidente en funciones como los más fuertes contendientes
Hasta ahora, Lula, Bolsonaro, Gomes y otros favoritos han anunciado oficialmente sus candidaturas.
El 21 de julio, el Partido de los Trabajadores (PT) y la federación de partidos Brasil de Esperanza, formada por el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y el Partido Verde (PV) anunciaron al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y al exgobernador del estado de São Paulo Geraldo Alckmin como candidatos a la presidencia y la vicepresidencia para 2022, respectivamente. Lula fue presidente de Brasil durante dos mandatos consecutivos, de 2003 a 2010. Un período de rápido desarrollo económico y social le ha convertido en una de las figuras políticas más prestigiosas de la sociedad brasileña.
El 24 de julio, el Partido Liberal (PL) anunció oficialmente al actual presidente Bolsonaro como su candidato presidencial para 2022, junto con Walter Braga Netto como aspirante a la vicepresidencia. Netto ha sido ministro de Defensa de Brasil y jefe de la Oficina de Asuntos Civiles de la Presidencia en el gobierno de Bolsonaro.
Anteriormente, el 20 de julio, el Partido Democrático Laborista (PDT) había sido el primero en anunciar al exministro de Hacienda Ciro Gomes como su candidato presidencial, aunque ese día el partido no eligió candidato a la vicepresidencia.
De acuerdo con los procedimientos legales de Brasil para las elecciones, todos los candidatos presidenciales registrados comenzarán a hacer campaña a partir del 16 de agosto. A principios de octubre, los brasileños votarán en todo el país. Según la experiencia del pasado, las elecciones brasileñas no suelen decidirse hasta la segunda vuelta.
El 25 de julio, una encuesta publicada por el Instituto de Investigación Social, Política y Económica (Ipespe) indicaba que el 44% de los encuestados se inclinaba por el ex presidente Lula, el 35% por el actual presidente Bolsonaro y el 9% por el ex ministro de Hacienda Gomes en las próximas elecciones presidenciales de principios de octubre. El mismo día, una encuesta publicada por el instituto de investigación brasileño FSB mostraba un 44% para Lula, un 31% para Bolsonaro y un 9% para Gomes. Los resultados de varios sondeos realizados en meses anteriores han mostrado que Lula y Bolsonaro han encabezado la lista de candidatos.
Lula propone el Programa de Reconstrucción y Transformación de Brasil y muestra una activa presencia en las redes sociales
Desde que anunció su precandidatura en mayo, los índices de aprobación de Lula se han mantenido altos. Claudio Couto, investigador político de la Fundación Getulio Vargas (FGV), un importante centro de estudios brasileño, dijo a CGTN que Lula está por delante en las encuestas por tres razones: en primer lugar, el público tiene una buena impresión del desarrollo económico y la reducción de la pobreza logrados durante el mandato de Lula, que terminó con un índice de aprobación del 80%; en segundo lugar, el carisma personal y el liderazgo de Lula han ganado los corazones de muchas personas, especialmente de los pobres; en tercer lugar, la trayectoria de Bolsonaro en el poder durante su mandato contrasta con la de Lula. Couto también dijo que los partidarios de Lula son principalmente los jóvenes, las mujeres y las clases bajas y medias; de ellos, cerca de dos tercios de los jóvenes le apoyan.

Lula en una rueda de prensa.
El 21 de junio, el equipo de Lula dio a conocer el Programa de Reconstrucción y Transformación de Brasil. Según el programa, la "tarea más urgente" de Brasil es restablecer las condiciones de vida de la mayoría de la población brasileña, incluidos los que sufren la crisis, el hambre y el alto coste de la vida. Para lograrlo, Lula se esforzará en promover la introducción de una nueva ley laboral, ampliar la seguridad social a todos los grupos profesionales, tomar medidas para frenar la inflación y aumentar los impuestos a los más ricos.
El programa también señala que, en el plano diplomático, Lula aboga por la reanudación de la cooperación Sur-Sur y el fortalecimiento de las relaciones de Brasil con la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral), la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y los países BRICS, con el fin de trabajar por un nuevo orden internacional basado en el multilateralismo y el respeto a la soberanía nacional. En cuanto a la protección de la selva amazónica, Lula defiende la protección de los derechos de los pueblos indígenas y la lucha contra los delitos medioambientales.
A finales de junio, Lula dijo en una entrevista a los medios de comunicación: "Actualmente hay 33 millones de hambrientos en Brasil y 105 millones de personas en riesgo de seguridad alimentaria, lo que es injustificable en Brasil, y lo que me ilusiona de ser de nuevo candidato presidencial es acabar de nuevo con el hambre en Brasil, hacer crecer la economía del país y poner a la gente a trabajar, estamos aquí para demostrar que no hay razón para que exista el hambre en Brasil."
Para vencer en las elecciones, Lula se esforzó por construir una "coalición de centro-izquierda", haciendo que el Partido de los Trabajadores (PT) colaborara estrechamente con otros partidos de centro e izquierda. Detrás del Partido de los Trabajadores (PT) están el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), el Partido Verde (PV), el Partido Red de Sostenibilidad (REDE), el Partido Socialista Brasileño (PSB), el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Solidaridad. Los analistas afirman que la elección por parte de Lula de Alckmin, del Partido Socialista Brasileño (PSB), como compañero de fórmula pretende mostrar al mundo exterior que Lula no sólo puede representar los intereses de los trabajadores, sino también proteger los intereses de los empresarios.

Lula en un mitin de campaña.
La ventaja en las encuestas no ha dejado al equipo de campaña de Lula satisfecho con la actual situación. Por un lado, está presentando sus ideas políticas en respuesta a los problemas sociales actuales de Brasil y, por otro, está aprovechando los puntos fuertes y complementando los puntos débiles de su estrategia electoral, especialmente en lo que respecta a las estrategias de comunicación en las redes sociales.
Como el efecto comunicativo de las redes sociales desempeñó un papel importante en las elecciones presidenciales brasileñas de 2018, el equipo de Lula también aumentó activamente su influencia en las redes sociales. A finales de julio de este año, Bolsonaro tenía cerca de 50 millones de seguidores en las principales plataformas de medios sociales como Twitter, Facebook y YouTube, mientras que Lula tenía más de 10,2 millones de seguidores en estas plataformas. En los últimos meses, el equipo de Lula no sólo ha creado un foro en línea "Lulaverso" para que los jóvenes participen en debates e interacciones, sino que también ha invitado a una gran cantidad de "influenciadores" con millones de seguidores a apoyar a Lula y crear su propio equipo de apoyo en los medios sociales.
Pablo Ortellado, profesor de políticas públicas en la Universidad de São Paulo, dijo a CGTN que, aunque había una gran diferencia entre los seguidores en línea de los dos hombres y la relativa falta de experiencia de Lula en los medios sociales en sus campañas anteriores, después de dos o tres meses de trabajo, la influencia de Lula en los medios sociales ha crecido significativamente y tiene un gran número de "influenciadores", artistas, académicos y sindicalistas detrás de él. Estos dos hombres están actualmente "empatados" en términos de popularidad general en los medios sociales, y la clave para crear una diferencia es qué mensajes envían a través de los medios sociales.
Bolsonaro se enfoca en la lucha contra la corrupción y la mejora de los medios de vida de la población, y busca activamente el apoyo del "Centrão"
El actual presidente de Brasil, Bolsonaro, fue anunciado por el Partido Liberal (PL) como candidato presidencial el 24 de julio. En un mitin en Río de Janeiro, la segunda ciudad más grande de Brasil, el candidato de la derecha dijo que, una vez elegido, pondría en marcha una serie de nuevas iniciativas: el fortalecimiento de la participación de la agricultura en la economía nacional, el refuerzo de la cooperación con Rusia con el fin de obtener un suministro adecuado de fertilizantes, la reanudación de la construcción de ferrocarriles y el apoyo al despliegue del 5G en Brasil. Al final de su discurso, Bolsonaro convocó a sus partidarios a una nueva marcha nacional para dar impulso a las elecciones del 7 de septiembre, fecha en la que también se cumple el 200º aniversario de la independencia de Brasil.

Bolsonaro en la convención nacional del Partido Liberal (PL).
Varios resultados de encuestas recientes han mostrado que Bolsonaro está por detrás de Lula, y algunos resultados de encuestas muestran incluso que Bolsonaro está por detrás más de diez puntos porcentuales. Couto dijo que hay tres razones por las que Bolsonaro se está quedando atrás en las encuestas: en primer lugar, el lento desarrollo de la economía brasileña en los últimos años, la elevada tasa de inflación y el rápido aumento de la pobreza; en segundo lugar, la ineficaz gestión de la pandemia de covid-19; en tercer lugar, algunas de sus palabras y acciones personales inapropiadas que han dañado su imagen. Couto dijo que los partidarios de Bolsonaro son principalmente sectarios religiosos conservadores y algunos industriales y empresarios, que en su opinión constituyen el 30 por ciento de la población brasileña.
En declaraciones a CGTN, Ortellado dijo que la estrategia actual de Bolsonaro es jugar la carta de la anticorrupción, recordar al público brasileño algunos de los escándalos de corrupción durante el gobierno del Partido de los Trabajadores, y adoptar medidas de bienestar social para apoyar a las familias brasileñas de a pie, con el fin de reducir la brecha entre él y Lula, y especialmente para ganar el apoyo de las clases bajas y medias.

Bolsonaro en un mitin en motocicletas.
Para impulsar su suerte electoral, por un lado, Bolsonaro ha seguido manteniendo su relación con el Centrão, un grupo de partidos moderados y conservadores de la política brasileña, para consolidar su influencia en el Parlamento. El Centrão ha estado trabajando "pragmáticamente" con los equipos de gobierno de todas las facciones para defender sus intereses. Hace tiempo que son influyentes los partidos del grupo en el Congreso de Brasil, donde actualmente ocupan 209 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados. El medio brasileño "Brazilian Report" escribe que la cooperación de Bolsonaro con el grupo se está intensificando, y que esta cooperación no solo le ha ayudado a evitar el riesgo de destitución en el parlamento brasileño, sino que también ha ayudado a su gobierno a aprobar algunos proyectos económicos y de subsistencia.
Por otro lado, el gobierno de Bolsonaro ha tomado recientemente frecuentes medidas para ampliar los beneficios del gasto social. Para controlar la inflación e impulsar el poder adquisitivo de la población, a partir de mayo de este año, el gobierno de Bolsonaro ha tomado medidas como reducir los aranceles de importación de una serie de productos y rebajar los impuestos de la mayoría de los productos industriales, elevando la tasa de reducción del 25% al 35%; eximir del pago de impuestos federales al diésel y al gas hasta el final de este año; proporcionar un pago mínimo garantizado de 400 reales al mes a las familias pobres; y exigir al banco Caixa que reduzca los impuestos del Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio (el empleador debe contribuir con el 8% del salario del empleado de forma mensual a la cuenta personal del empleado) para proporcionar un subsidio en efectivo de 1.000 reales para 7, 5 millones de personas empleadas.
El 13 de julio, el Congreso aprobó, con el apoyo del Centrão, una enmienda constitucional propuesta por el gobierno de Bolsonaro que suponía un aumento del gasto en asistencia social. De hecho, la ley electoral brasileña prohíbe al gobierno añadir nuevos programas de asistencia social en años electorales, excepto en situaciones de emergencia, para evitar perturbar las elecciones. Sin embargo, la enmienda permite al gobierno justificar un nuevo gasto en asistencia social de 41.200 millones de reales con el argumento de que el país se encuentra en estado de emergencia. De acuerdo con el proyecto de ley, desde agosto y hasta finales de año, los camioneros y taxistas autónomos de Brasil recibirán 6.000 reales cada uno en vales de combustible, y la garantía mínima mensual para las familias pobres pasará de 400 a 600 reales. Además, el gobierno duplicará el subsidio al gas nacional, ofrecerá transporte público gratuito a los ancianos e introducirá una exención fiscal para el combustible de etanol.
La inflación se ha ralentizado en Brasil recientemente, los precios de los combustibles han empezado a bajar y el desempleo ha retrocedido. El profesor de políticas públicas de la Universidad de São Paulo, Ortellado, afirma que las medidas adoptadas por Bolsonaro para mejorar los medios de vida de la población le darán un impulso en el apoyo, pero el impacto en la dirección de las elecciones es difícil de evaluar. A poco más de dos meses de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, la situación evoluciona y sigue llena de incertidumbres.
Los analistas señalan que, debido a las enormes diferencias de opinión política entre Lula y Bolsonaro, así como al hecho de que Brasil se enfrenta actualmente a frecuentes brotes epidémicos, a una débil recuperación económica, a una grave inflación y a un fuerte aumento de la pobreza, las elecciones de este año están "políticamente polarizadas" y se han producido varios incidentes de violencia política relacionados con las elecciones. El 10 de julio, Marcelo Arruda, miembro del Partido de los Trabajadores en Foz do Iguaçu, fue asesinado a tiros en su fiesta de cumpleaños por un intruso que coreaba consignas a favor de Bolsonaro. Según una encuesta publicada por el Instituto Brasileño de Investigación Móvil, el 83% de los encuestados temen que haya más violencia política en Brasil a medida que se acercan las elecciones.