Según una leyenda china, hace mucho tiempo, una hada llamada Zhinv bajó un día a la Tierra por diversión y se enamoró de Niulang, un vaquero mortal. Entonces Zhinv decidió quedarse en el mundo de los humanos para vivir una vida ordinaria y feliz con Niulang. Pero el amor entre dioses y mortales no está permitido y, por ello, los dos fueron castigados. Niulang y Zhinv fueron separados en ambos lados de la Vía Láctea y no pudieron volver a reunirse.
Afortunadamente, tal vez conmovidas por su amor leal, setenta mil urracas construyeron un hermoso puente empleando sus propios cuerpos en el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar chino, para que Niulang y Zhinv pudiesen reunirse de nuevo sobre el puente.
La Reina Madre, viendo esta escena, les permitió que se encontraran sobre el puente formado por las urracas ese mismo día cada año. Por este motivo, el festival Qixi se ha convertido en el festival más romántico de entre los festivales tradicionales chinos.
Los chinos tiene muchas costumbres para celebrar el festival. Una de ellas es exponer un libro al sol. La costumbre de exponer libros y ropa al sol fue extremadamente popular durante las dinastías Ming y Qing. En este día, la actividad más común es hacer las labores de aguja. Las mujeres hacen diversas obras a mano, siendo una de las más típicas el tributo Qixi. Este tipo de trabajo integra técnicas tradicionales como el tallado, la pintura, el pegado y todo el proceso es de elaboración manual. Cada puntada está hecha a mano, y requiere un duro trabajo, pero también tiene un gran valor ornamental y artístico.
Enhebrar una aguja y rogar por la inteligencia es otra actividad muy popular durante el festival. Por la tarde de este día, las mujeres preparan frutas en la mesa, sujetando hilos de seda de cinco colores y una aguja con varios agujeros continuos, y enhebran agujas continuamente bajo la luz de la Luna.
Otra costumbre es arrojar faroles al río. La gente lo hace porque temía que el vaquero no pudiera ver el puente de las urracas en la oscuridad de la noche.
Aún a día de hoy, el festival Qixi sigue siendo importante para los chinos. Los enamorados lo celebran como el "Día de San Valentín chino".

Afortunadamente, tal vez conmovidas por su amor leal, setenta mil urracas construyeron un hermoso puente empleando sus propios cuerpos en el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar chino, para que Niulang y Zhinv pudiesen reunirse de nuevo sobre el puente.