En octubre de este año, los brasileños elegirán a su nuevo presidente. En las últimas dos semanas, los principales candidatos presentaron oficialmente sus candidaturas. Encuestas electorales pronostican que la disputa se centrará entre 2 políticos ya conocidos por el electorado: el actual presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Lula Da Silva.
Las elecciones brasileñas de 2022 se desarrollan en medio de coyunturas que afectan directamente el panorama político en Brasil. En términos económicos, el aumento de los precios de los productos. En materia política, los constantes ataques al sistema electoral liderados por el actual presidente Jair Bolsonaro.
Este año, los brasileños están presenciando considerables cambios en los precios de los productos. La inflación acumulada en 12 meses alcanzó un 11,7 % en el primer semestre, según el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas. La última vez que las cifras superaron el 11 % fue en 2002, cuando la inflación se disparó hasta 12,53 %.
La gasolina es uno de los 2 productos cuyo coste más impacta el bolsillo de los brasileños. Cifras de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles indican que el precio del producto ascendió casi un 30 % durante los 12 meses transcurridos hasta marzo de 2022.
Este tema se ha convertido en uno de los puntos álgidos con vistas a las elecciones de octubre.
El cientista político Alberto Almeida ha seguido de cerca las elecciones brasileñas durante más de 30 años. Para él, el principal factor que históricamente influye en los votos de los electores brasileños es la inflación.
Los candidatos presidenciales lanzaron oficialmente sus candidaturas la semana pasada. Son ellos el diputado federal André Janones, el exministro Ciro Gomes, la senadora Simone Tebet, el exmandatario Lula da Silva y el actual presidente ejecutivo Jair Bolsonaro.
La última encuesta electoral de DataFolha mostró que el expresidente Lula tiene el 47 % de las intenciones de voto, mientras que Bolsonaro cuenta con el 29 %. El exministro Ciro Gomes marcha en el tercer lugar de la carrera electoral con un 8 %.
Bolsonaro opta por una agenda de derecha, centrada en la economía, y por imponer costumbres políticas conservadoras, incluso religiosas. En las últimas elecciones, el presidente fue elegido apostando por el lema: “Brasil sobre todo, Dios sobre todo”. Sus 4 años de gobierno se han caracterizado por un acercamiento a Estados Unidos, especialmente cuando Donald Trump era inquilino de la Casa Blanca. Además, Bolsonaro ha adoptado una postura anticorrupción que le ha ganado el apoyo de un sector de los votantes brasileños. Recientemente, ha estado atacando la credibilidad de las urnas, un sistema que ha regido las elecciones brasileñas desde la década de 1990.
Por otro lado, Lula da Silva se centra en un discurso que apuesta por la distribución de los ingresos del país como herramienta para el desarrollo. Cuando fue presidente, entre 2003 y 2010, sacó a millones de personas de la pobreza en un momento económico favorable por la valorización de las materias primas. En términos internacionales, valoró la cooperación sur-sur, especialmente con los países BRICS. Con Lula como principal inquilino del Palacio da Alvorada, el país llegó a convertirse en la sexta economía más grande del mundo en términos de producto interno bruto. Hoy ocupa el duodécimo lugar.
En las próximas semanas, los votantes brasileños podrán conocer más sobre los candidatos. Con las campañas ya oficialmente en marcha, se espera que los debates televisivos traigan más información al electorado sobre cada uno de los aspirantes a la silla presidencial.