Han entrado en vigor el 11 de agosto las nuevas sanciones que la Unión Europea ha impuesto sobre Rusia. Esta vez, se trata de la prohibición a la importación de carbón. Estas sanciones son las últimas de una serie de medidas tomadas con el objetivo de reducir las rentas basadas en la venta de combustibles fósiles de Rusia. 

Según estas nuevas reglas, los países de la Unión Europea no podrán importar más carbón desde Moscú. Sin embargo, Europa enfrenta ya un escenario de escasez energética por la decisión previa de las autoridades de Rusia de reducir el suministro de gas exportado a través de los gasoductos más importantes. 

En la UE temen que este escenario de escasez afecte al suministro de cara al próximo invierno. Por eso, las naciones europeas están a la búsqueda de nuevos proveedores de energía, y también investigando nuevas maneras de conservarla. Los expertos esperan que serán los ciudadanos los que terminen pagando por esta crisis energética en las facturas de los servicios públicos. 

Según estas nuevas reglas, los países de la Unión Europea no podrán importar más carbón desde Moscú.