El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones generales de octubre, dijo el jueves 25 de agosto que, en caso de ganar, el crecimiento económico será previsible, estable y creíble para los inversores nacionales y extranjeros.
En entrevista al Jornal Nacional, de la red de televisión Globo, el principal noticioso televisivo nocturno, el ex mandatario citó los resultados positivos de sus dos mandatos, entre 2003 y 2010.
Resaltó que, además, estará acompañado en la fórmula como vicepresidente por Geraldo Alckmin, ex gobernador de Sao Paulo y antiguo adversario político.
"Hay tres palabras mágicas para gobernar este país: previsibilidad, estabilidad y credibilidad. La previsibilidad es para que nadie sea tomado por sorpresa. Y nunca antes en la historia de este país hemos tenido un equipo como Lula y Geraldo Alckmin para garantizar la credibilidad", subrayó.
Al preguntársele sobre la situación económica brasileña y el riesgo fiscal, Lula da Silva recordó la difícil situación financiera y la alta inflación de Brasil cuando asumió la presidencia en 2003, y enumeró los logros en materia de empleo, estabilidad y distribución de la renta.
El candidato del PT lidera las encuestas con entre 44 y 47 por ciento de las intenciones de voto, seguido por el actual presidente, Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), quien alcanza entre 34 y 38 por ciento de las preferencias.
Durante la entrevista este jueves el 25 de ag, Lula da Silva fue interrogado varias veces sobre las acusaciones de corrupción que pesaron sobre su Gobierno, y que resultaron en la condena de decenas de empresarios, políticos y funcionarios de la petrolera estatal Petrobras.
Da Silva fue condenado y permaneció 580 días en prisión entre 2018 y 2019, pero en abril del año pasado la Corte Suprema anuló las penas y declaró que el ex juez Sergio Moro, que lo había condenado, había sido parcial.
Sobre un eventual nuevo mandato, el ex mandatario dijo que "no habrá ninguna hipótesis de que alguien cometa cualquier delito por menor o mayor que sea".
"Lo grave es cuando la corrupción permanece oculta. Por eso creo que es importante una prensa libre y una justicia eficaz, porque si alguien tiene un problema de corrupción, hay que denunciarlo", subrayó.
En relación a la política externa, dijo que, como demócrata, defiende respetar la autodeterminación de los pueblos y la decisión de cada país con relación a su propio gobierno.
"Si gano las elecciones, ustedes van a ver la cantidad de amigos que van a volver a visitar Brasil, porque Brasil va a ser amigo de todo el mundo. No existe ningún país que tenga un litigio con Brasil", apuntó.
En sus consideraciones finales, el ex presidente se refirió una vez más a los logros alcanzados en el ámbito social y educativo cuando era presidente.
"Estoy orgulloso de haber pasado a la historia como el presidente que más universidades y escuelas técnicas construyó. Aumentamos el número de estudiantes universitarios de 3,5 a 8 millones. No hay ningún país que se haya hecho rico sin invertir en educación", afirmó.
"No me gusta la palabra gobernar, me gusta usar la palabra cuidar. Este es el país del futuro que tenemos que construir. Vamos a volver a invertir en la generación de empleos", dijo.
Lula da Silva concluyó diciendo que ayudará a la gente a renegociar las deudas de las familias brasileñas, en tanto casi un 70 por ciento de ellas están endeudadas, muchas encabezadas por mujeres.
"Vamos a negociar esta deuda, en el sector privado y en el sistema financiero, porque necesitamos que los brasileños vuelvan a vivir con dignidad", enfatizó.