En Bagdad, la calma ha vuelto a la capital iraquí tras dos días de violencia entre partidarios de grupos políticos rivales, los cuales dejaron al menos a 30 personas fallecidas y a más de 500 heridas.
El clérigo iraquí cuyo anuncio de abandonar la política desató los enfrentamientos, ordenó el 30 de agosto a sus seguidores que dieran fin a las protestas. Moqtada al-Sadr ha condenado los disturbios y ha pedido disculpas a la población después de que 30 personas murieran en enfrentamientos entre un grupo armado leal a él y facciones musulmanas chiíes rivales. El presidente Barham Salih dijo que era necesario poner fin a los combates pero advirtió que la crisis política no había terminado. Ha pedido elecciones anticipadas para ayudar a resolver las tensiones. Los habitantes de Bagdad expresaron su alivio, pero temen que un conflicto prolongado esté socavando sus medios de vida.

Clérigo iraquí Sadr pide detener protestas, peor violencia en años deja 30 muertos y 570 heridos.