No pudo ser. A pesar de mostrar cierta superioridad, especialmente en la primera mitad del partido, el Barcelona volvió a salir derrotado de su visita al Allianz Arena. Ayer 13 de septiembre, ante el Bayern de Múnich, Xavi dispuso de un once inicial en el que figuraban, tan solo, dos supervivientes de aquel escandaloso 2-8 de 2020: Ter Stegen y Sergio Busquets, en una clara muestra de la renovación de una escuadra que este año se cree capaz de todo. El conjunto culé se mostró desacomplejado, valiente y coordinado, pero dejó con vida a un Bayern de Múnich que en la segunda mitad no perdonó. Los tantos de Lucas Hernández y de Leroy Sané nada más arrancar el segundo tiempo sentenciaron a un Barça que mereció mucho más.
Los pupilos de Xavi cercaron la portería de Manuel Neuer en unos 45 minutos iniciales marcados por la intensidad, pero también valga decirlo, por la falta de puntería de unos artilleros más voluntariosos que eficaces. Ni Pedri, a pase de Lewandowski, a los ocho minutos; ni el mismo Lewandowski, pocos minutos después, tras una asistencia de Gavi, supieron superar a un Manuel Neuer que anoche se mostró inexpugnable. El delantero polaco, que regresaba al Allianz Arena, dispuso de varias ocasiones, todas ellas frustadas o bien por el guardameta alemán o bien por una ineficacia de lo más inusual en él. El Barcelona perdonó y eso, en Europa, se paga caro. El Bayern de Múnich emergió del descanso con fuerzas renovadas y en apenas dos instantes sentenció a un conjunto que volvió a claudicar en un estadio en el que no conoce la victoria. Los goles de Lucas Hernández en el 50' y de Leroy Sané en el 54' sirvieron para derrotar a un Barcelona que, pese a todo, ahuyentó ciertos fantasmas de su pasado más reciente. Por primera vez ante el Bayern, el club blaugrana mereció más.
Tampoco salió airoso el Atlético de Madrid de su visita al campo del Bayer Leverkusen, en un encuentro marcado por un penalti clarísimo tras mano de Tapsoba dentro del área que ni el árbrito, primero, ni sus asistentes, después, quisieron ver, sentenciando a un Atlético de Madrid con más orgullo que pólvora. La controvertida acción frustró a un conjunto que no despertó hasta mediada la segunda mitad, justo cuando entró al campo Griezmann, eterno suplente por cuestiones ajenas al fútbol. Fue entonces que ambos equipos lucharon al fin por los tres puntos, un combate parejo que se decantó del lado alemán gracias a cinco minutos final de infarto. Andrich en el 84' y Diaby en el 87' sentenciaron el partido y al Atlético de Madrid.

Ayer 13 de septiembre, ante el Bayern de Múnich, Xavi dispuso de un once inicial en el que figuraban, tan solo, dos supervivientes de aquel escandaloso 2-8 de 2020: Ter Stegen y Sergio Busquets, en una clara muestra de la renovación de una escuadra que este año se cree capaz de todo.