En el sudeste de Uzbekistán, entre el hermoso valle del río Zeravshan y las montañas del Pamir, se encuentra Samarcanda, una de las ciudades más antiguas de Asia Central e incluso del mundo.
Las investigaciones arqueológicas muestran que Samarcanda existió en el mismo período que la antigua Roma. En aquel entonces, Samarcanda era la capital de Sogdiana. El periodo más glorioso en la historia de esta ciudad estuvo asociado con la formación de la antigua Ruta de la Seda. Cuando las caravanas llegaban a Samarcanda después de largos viajes, los comerciantes sabían que estaban en la mitad del camino, independientemente de si su rumbo era hacia el este o hacia el oeste.
"En los siglos XIV y XV, Samarcanda fue la capital del país, y este es el centro de la capital. Esta plaza solía ser un gran mercado. Las caravanas de la antigua Ruta de la Seda pasaban por Samarcanda y Bujará e intercambiaban productos aquí", dijo un guía turístico.
Diversas rutas comerciales formaron la Ruta de la Seda. Aquellas legendarias rutas de la amistad unieron el vasto territorio que se extiende desde China hasta el Mediterráneo. Partiendo del gigante asiático, las caravanas se dirigían al oeste con sedas y espejos de bronce, mientras que los comerciantes europeos traían joyas de oro y plata y piedras preciosas. Desde Bactriana (actual zona de Afganistán al oeste del Pamir) y Sogdiana (actual territorio de Uzbekistán y Tayikistán), las caravanas transportaban caballos de Ferganá, semillas de árboles frutales y frijoles, algodón, jade y cristales de Samarcanda. A lo largo de la historia, probablemente no ha habido otra ruta de comercio internacional que cubra dos continentes con un viaje de decenas de miles de kilómetros.
"Los habitantes de la antigua Samarcanda eran sogdianos, los cuales desempeñaron un papel importante en la antigua Ruta de la Seda y el desarrollo del comercio mundial en aquellos tiempos. Ellos compraban sedas de China y las vendían al oeste a Roma y al este a Corea y Japón. Curiosamente, el lenguaje comercial era el sogdiano. Aquel idioma fue extremadamente importante para el desarrollo de la cultura de Samarcanda", indicó Samaridin Mustafakulov, director de Museo Afrasiab de Samarcanda.
La Samarcanda de hoy no solo conecta historia y modernidad, sino que integra diferentes grupos étnicos. Ese es su encanto y su riqueza, y lo que la hace única.
Como el ave fénix, Samarcanda ha sorprendido al mundo una y otra vez con su renovada forma. No hay otra capital oriental que tenga tantos títulos como Samarcanda, "ciudad de las mil caras", "punto luminoso de la Tierra" y "edén de Oriente". Cuando cae la noche, esta ciudad luminosa se ve particularmente hermosa. Es una ciudad en rápido crecimiento, y no hay duda de que aquellos que hayan estado aquí descubrirán algo nuevo cuando vuelvan a visitarla.
"Usted siempre es bienvenido". Así se despide Samarcanda de sus invitados. Más que una despedida, es otra invitación. Volveremos a vernos bajo las cúpulas azules y el cielo estrellado de Samarcanda, volveremos a vernos en Uzbekistán, para conocer un nuevo capítulo en la historia de Samarcanda.

La tumba de Amir Timur está completamente cubierta con pan de oro. En total son unos 4.200 gramos.