(Fuente: AFP)
A bordo de una vieja avioneta remodelada y rozando el desierto blanco de la costa este de Groenlandia, tres científicos de la NASA lanzan sondas en las aguas nacaradas del Ártico para medir el impacto de los océanos en el deshielo.
Groenlandia, una isla de dos millones de kilómetros cuadrados rodeada por las aguas del océano Ártico, está cubierta de hielo en un 85 por ciento de su superficie. Eso coloca al inmenso territorio en la línea de frente del deshielo del Ártico, una región que se calienta dos veces más rápido que el resto del planeta.
Desde este aeropuerto remoto, científicos de la NASA surcan el cielo polar para recopilar datos que ayuden a entender mejor un aspecto poco estudiado: cómo los océanos interactúan con los glaciares y contribuyen a fundirlos.
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