El viernes se puso en circulación la nueva edición del renminbi, la divisa china. La nueva emisión incluye billetes de todas las denominaciones excepto la de 5 yuanes, debido a que aún sigue de pruebas. En apariencia, esta nueva remesa es igual que las versiones anteriores, pero en realidad contiene una serie de nuevas medidas de seguridad para evitar las falsificaciones.

El Banco Popular de China acaba de actualizar la quinta edición del renminbi. La nueva versión cuenta con colores más vivos, aunque las novedades más importantes están en su composición. En primer lugar, la Casa de la Moneda recibe una serie de láminas de un tipo de papel hecho con fibras de algodón que contienen marcas de agua. En este caso nos encontramos en una fábrica ubicada en Shijiazhuang que está operada por la Corporación de Impresión y Acuñación de Billetes de China.

El primer paso es obtener la fotoimpresión para elaborar un modelo base. Los diseñadores no han escatimado en detalles, ya que se pueden apreciar pequeños objetos como las redes de pesca y farolillos en la estampa del paisaje de Guilin, situado en el reverso del billete de 20 yuanes. 

El Banco Popular de China acaba de actualizar la quinta edición del renminbi.

El segundo paso se denomina impresión en huecograbado. En esta etapa se hacen los grabados más importantes del billete, como el del retrato del presidente Mao, el del emblema nacional chino y el nombre del banco central. Este tipo de grabado cuenta con un contorno en relieve.

Cada billete tiene una denominación y un número de serie únicos, que se imprimen en la superficie del billete. El color de los números de denominación cambia dependiendo del ángulo desde el que se contemplen. Además, estas cifras cuentan con una técnica de detección fluorescente que es una de las medidas más importantes para evitar las falsificaciones. Tras aplicar el último revestimiento, los billetes aún se encuentran en las láminas de papel. Por lo que una máquina procede a cortarlos con precisión milimétrica.

Finalmente, los billetes se agrupan en fajos y estos a su vez en columnas, que serán repartidas en diferentes bancos. En la era de las aplicaciones de pago móvil, el dinero físico aún puede sacarnos de más de un apuro.

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