Escrito por Randolf Borges para ÚltimasNoticias

Hablar del poderío económico chino ya es sumar otro grano de arena a una playa, pero el fenómeno de la erradicación de la pobreza extrema en un período de ocho años en el gigante asiático, sigue siendo un misterio para muchos países en el mundo. Un sistema criticado por occidente, desconocido por la gran mayoría y perfectamente útil a las necesidades del pueblo chino, ha liberado a la potencia de la indeseable variable económica.
El anuncio oficial de la erradicación de la pobreza extrema, lo hizo el propio presidente chino Xi Jinping en 2021, como parte de una de las ofertas comprendidas en su programa de gobierno en el ejercicio que está a punto de culminar.
«Ningún otro país puede sacar de la pobreza a cientos de millones de personas en tan corto periodo de tiempo», dijo el mandatario chino explicando que en ocho años China sacó de la pobreza a casi 100 millones de personas, y que su ambicioso proyecto involucró el esfuerzo de tres millones de especialistas que planificaron la estrategia.
Una de las metas de este programa era la nivelación del ingreso per cápita del chino promedio. Antes de la implementación de las medidas gubernamentales, una parte de la población no llegaba a percibir 5 mil dólares anuales, lo que le dejaba en una situación de suma vulnerabilidad. Hoy, el ingreso per cápita chino se calcula en unos 10 mil dólares al año y, aunque es insuficiente comparativamente, resulta un parámetro válido para sacar de la pobreza extrema a casi 100 millones de personas que aún se encontraban en esa condición.
Reubicación: una de las claves
Según los parámetros de medición del Estado chino, una de las causas de la pobreza extrema se encontraba en la forma en que vivían muchas familias que residían en sectores muy apartados, con poca calidad de servicios, en una situación de alto riesgo y en zonas montañosas de difícil acceso o bajo amenaza de inundaciones y otros fenómenos.
En tal sentido, el programa de reubicación de familias resultó una de las estrategias más beneficiosas para involucrar a millones de chinos en el desarrollo de las provincias en que residen. Desde el año 2012, el gobierno de Xi Jinping comenzó a rehabilitar o reubicar a millones de familias que hoy gozan de un programa integral de vivienda y empleo, y han sido incluidos en el proceso de desarrollo de varias localidades del país.
Según las cifras estatales, más de 25 millones de personas fueron beneficiadas con el programa de rehabilitación de viviendas, proyecto que incluyó mejoras en la vialidad y otros servicios a esas comunidades.
El fallecido revolucionario chino Deng Xiaoping, quien fuera líder supremo de la República Popular China, dejó un pensamiento muy vigente en su pueblo: “Cruzar el río pisando una piedra tras otra”. Éste ha inspirado el constante crecimiento de su pueblo y también se ha tomado en cuenta para el programa que lo ha sacado de la pobreza extrema.
Gracias a la metódica planificación estatal que existe en China, basada en sus planes quinquenales, se establecen objetivos claros e inamovibles, para los que se dedican todos los esfuerzos del aparato político del país. Ello va acompañado de planes realistas que son cumplidos a corto plazo.
Otro de los procesos que ha contribuido con la erradicación de la pobreza es la gradual apertura económica. Desde 1978 China viene abriendo sus puertas a la economía de mercado, pero lo ha hecho de forma lenta y por sectores, probando el ensayo y error para luego expandir el impacto positivo. Eso fue lo que diferenció el proceso chino del de la extinta Unión Soviética, que quiso dar este paso rápidamente con el fracaso ya conocido.
En medio de esta apertura paulatina, primero se desarrollaron algunas regiones del país, pero luego este desarrollo fue llevado a las provincias más pobres una vez que se comprobó que la receta era exitosa. La creación de zonas económicas especiales fue vital para extender luego el crecimiento a otras regiones del país.
Este crecimiento paulatino queda plasmado en la mejora sustancial de los servicios públicos, el acceso de los ciudadanos a la seguridad social, a la educación, a la alimentación y a la vivienda independientemente del sector social en el que se viva.
Finalmente, otro de los pilares que transversaliza la salida china de la pobreza extrema, es su lucha contra la corrupción. Xi Jinping levantó las banderas de “cero corrupción”, que sirvió para encarcelar a muchos funcionarios implicados en casos de peculado o negocios turbios y recuperó millones de yuanes que se encontraban en las cuentas de éstos en el extranjero. Para el pueblo chino, esta lucha contra la corrupción es vinculada directamente con la erradicación de la pobreza.
Nota: Este artículo refleja las opiniones de su autor, que no necesariamente coinciden con las del equipo editorial de CGTN Español.