En la frontera entre México y Estados Unidos, nuestro corresponsal Juan Carlos Aguirre, nos detalla que la Ciudad Juárez se ha convertido en un nuevo destino para miles de migrantes que buscan un paso seguro hacia la unión americana.
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Este podría ser el paso más seguro para entrar de manera irregular a Estados Unidos y es que, aunque no lo crean, lo que aquí corre es el río Bravo. Con su caudal prácticamente seco, es un paso que parecería sin riesgo a diferencia de lo que ocurre hacia la costa este de ambos países, donde la fuerza del río ha cobrado la vida de, al menos, 42 personas en lo que va de 2022.
Se calcula que Ciudad Juárez sirve de trampolín a unos 100 migrantes por hora que pasan hacia la unión americana. Las patrullas de la Border Patrol, ya los dejan andar sin detenerlos o impedirles el paso. Caminan varios kilómetros, unos 50 minutos, bajo la tenue sombra del muro fronterizo que se erige sobre territorio estadounidense. Ninguna puerta es abierta así que de nada vale esperar. Mujeres embarazadas, niños y personas de la tercera edad forman parte de esta última caravana antes de ser detenidos por las autoridades estadounidenses, quienes los esperan al final de la muralla de acero. Solicitamos una entrevista con la CBP, pero nunca recibimos respuesta oficial.

Los refugiados atraviesan el río Bravo por Ciudad Juárez.
No hay un punto exacto por donde pasen los migrantes desde territorio mexicano. Solo basta con caminar un poco para encontrarlos de manera fortuita. Aprovechan que, a esta hora, nadie custodia; lo piensan, se devuelven y corren hacia su sueño americano. Locales los guían a cambio de las pertenencias que tendrán que botar. Una vez del otro lado, Todo lo que traen consigo será tirado a la basura menos teléfonos celulares, documentos y la ropa que traen puesta. Para las personas en situación de movilidad, una enfermedad podría convertirse en la puerta para cumplir su meta. Algunos aprovechan las redes sociales para subir videos que consideran tutoriales de cómo pasar la frontera por Ciudad Juárez. Quienes vienen atrás toman los consejos de estos creadores coyunturales de contenido.
La CBP estadounidense ha contabilizado, solo en este cruce fronterizo entre Ciudad Juárez y El Paso, unos 258 mil 760 encuentros con migrantes durante el año fiscal 2022. Quienes vienen de países sin relaciones diplomáticas con Washington, salvo casos excepcionales, no son devueltos a México ni a su país de origen. A la mayoría de los centroamericanos provenientes, por ejemplo, de El Salvador, Honduras o Guatemala, su expulsión inmediata es casi segura. Mexicanos, los que más expulsados y deportados registra. La Border Patrol continúa aplicando el título 42 o el título número ocho. Los rechazados lo intentan una y otra vez. Otros prefieren buscar maneras legales para poder ser admitidos en Estados Unidos, pero su espera pareciera eterna. Benito lleva más de un año aguardando en este refugio ubicado en una zona de alto riesgo en Ciudad Juárez, pero su nacionalidad o su caso no tiene prioridad ante otras historias o países de origen. Se sienten discriminados.
La presencia del crimen organizado y los llamados coyotes hacen del lugar un espacio de tierra sin ley y salir o llegar a este albergue, por ejemplo, puede ser peligroso. Vivir bajo estas precarias condiciones, para el migrante que escapa de su país, puede resultar, a pesar de todo, la mejor opción. Huyen de la crisis económica, de la violencia o el desgobierno. Prefieren perder la vida en el intento de un mejor destino, antes de padecer en sus casas mientras esperan la muerte.
Aunque cada caso es un relato diferente, la desinformación o el demandar ayuda por el hecho de ser migrantes, lleva a algunos a permanecer meses o años dentro de un refugio. Estancados y viviendo el día a día con razones que se convierte en excusas.
Son cerca de 23 refugios que tiene Ciudad Juárez y se calcula que albergan a unas 2 mil quinientas personas de diferentes nacionalidades, pero este censo significaría una tercera o quinta parte del total de migrantes que llegan a la urbe fronteriza. Decir cuántos llegan a una ciudad que usan de paso es difícil y los únicos datos que podrían dar un margen de aproximación son los números estadounidenses. Sólo el mes de septiembre cerró con 46 mil 800 cruces irregulares por El Paso, Texas. Pero… ¿qué pasa al otro lado del muro, si es que el migrante es aceptado por las autoridades migratorias estadounidenses? Ese será el próximo capítulo…