Poco después de las 11:40 de la mañana del 7 de diciembre, el presidente Pedro Castillo anunciaba en un mensaje a la nación la disolución temporal del Congreso de la República y decretaba un gobierno de excepción.
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Tras el anuncio, las reacciones desde el parlamento y diversos sectores políticos del país no se hicieron esperar. Desde el legislativo, el presidente del Congreso, Jose Williams afirmó que "nadie debía obediencia a un gobierno usurpador" tras indicar que Castillo había perpetrado una abierta y flagrante violación a la Constitución. De otro lado, la mayoría de ministros del gabinete utilizaban las redes sociales para presentar sus respectivas renuncias, en claro rechazo a la decisión tomada por Castillo. Entre tanto, la ciudadanía se hallaba expectante con respecto al pronunciamiento de la Fuerzas Armadas, las mismas que pocos minutos después a través de un comunicado del Comando Conjunto dejaba en claro que no acatarían la decisión de Castillo por infringir el orden constitucional.
Poco después del mediodía, adelantó la sesión prevista para votar la moción de vacancia presidencial, que no necesitó de un debate previo y tras obtener 101 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones, se aprobó la destitución de Pedro Castillo como presidente de la República, según lo establece el artículo 117 de la carta magna. A esa misma hora, Castillo abandonaba Palacio de Gobierno con destino incierto, pero fue interceptado y detenido por agentes de la Policía Nacional, a bordo de un vehículo oficial.
A las 3 de la tarde, en la sede del legislativo juramentó la vice presidenta Dina Boluarte Zegarra como nueva presidente constitucional de la República, tal como lo establece la constitución peruana.

Pedro Castillo fue interceptado y detenido por agentes de la Policía Nacional.