Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro asaltaron el 8 de enero el Parlamento, el Supremo Tribunal de Justicia y el palacio presidencial. Nuestra corresponsal en Brasil, Geng Zhiqian, se ha enlazado con el estudio en Beijing a primera hora desde la Plaza de los Tres Poderes en la capital brasileña, Brasilia.
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Según Geng Zhiqian, las autoridades de Brasilia informaron que, por el momento, cerca de 300 personas han sido arrestadas. El actual mandatario brasileño, Lula da Silva, decretó la intervención federal y anunció severos castigos para los asaltantes. El lugar de este violento está cerca de la Plaza de los Tres Poderes en la capital brasileña, Brasilia. El Palacio Presidencial de Brasil, el Tribunal Superior de Justicia y el Senado y la Cámara de Diputados se reparten alrededor de la Plaza de los tres poderes. El perímetro de un kilómetro de la plaza está ahora completamente cerrado y no se permite el paso de peatones ni vehículos.
La información más reciente que ha conseguido CGTN hasta el momento es que al menos 300 personas han sido detenidas y el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, próximo a Bolsonaro, pidió perdón por los hechos y anunció la destitución fulminante del secretario de seguridad, Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia del gobierno Bolsonaro y a quien se acusa de no haber reforzado la seguridad pese a las amenazas que había de posibles invasiones. El presidente Lula, que no se encontraba en la capital durante el incidente de la tarde, sino en el estado suroriental de Sao Paulo visitando la situación de las lluvias, emitió inmediatamente un comunicado condenando el acto y firmó un decreto para reforzar la seguridad en el Distrito Federal de Brasilia, que se prolongará hasta el 31 de este mes. Además, Lula regresó inmediatamente a Brasilia la misma noche y fue al Palacio Presidencial y al Supremo Tribunal Federal para confirmar los daños.
Además nos informó Geng Zhiqian que la Embajada china emitió un comunicado inmediato, afirmando que la situación está ahora bajo control, pero sigue existiendo el riesgo de que la situación siga fermentando. Recordó a los chinos residentes en Brasil que debían velar por su seguridad.