La aldea Huantan en la provincia de Zhejiang cuenta con una historia milenaria. Escondida entre la caprichosa orografía definida por los frondosos montes y salpicada de pequeñas lagunas y manantiales, esta pequeña localidad es conocida por el paso por la misma del héroe nacional Yue Fei. El afamado general, símbolo de la lealtad a la patria, se detuvo aquí con su comitiva para descansar y beber de uno de sus manantiales. 

Yue Fei continuó su camino hacia la batalla, pero su recuerdo permaneció en la aldea, a la que los lugareños bautizaron como Huantan en su honor. 

Desde entonces, Huantan ha experimentado grandes cambios. Hoy en día, por sus renovadas calles discurren todo tipo de vehículos modernos. La arquitectura tradicional se fusiona con construcciones modernas que mantienen vivo el estilo típico de la zona, combinando el azul del cielo, el gris y negro de los tejados y el blanco de las paredes para dar lugar a una composición que inspira las magníficas pinturas chinas. 

La aldea cuenta con varios centros de actividades comunales, en los que residentes de todas las edades plasman con sus manos la belleza de estos paisajes y mantienen vivas otras tradiciones.

Las artesanías y la gastronomía tradicional son partes importantes de la vida de los residentes. Cada vez más jóvenes originarios de la localidad vuelven a ella desde la cercana urbe de Hangzhou, empujados por la nostalgia del hogar y atraídos por una vida más apacible y las políticas de apoyo a la revitalización rural. Gracias a ellas, pueden abrir pequeños negocios con buenas perspectivas de futuro. 

Una de las actividades que más beneficios han proporcionado a la aldea es la cría de pollos. Gracias al impulso de las políticas de desarrollo y a la adopción de nuevas tecnologías, especialmente de la venta en plataformas electrónicas y las retransmisiones de ventas en directo, las aves, criadas en libertad, pueden volar hacia destinos de todo el país y llevar a las mesas de los hogares chinos un pedazo de la hermosa Huantan.