Privacidad y Cookies

Al continuar navegando en esta web acepta el uso de cookies, la política de privacidad revisada y los términos de uso. Puede cambiar la configuración de las cookies en su navegador.

Estoy de acuerdo
Una Cruzada Contemporánea:Lo que Hay Detrás de la Obsesión de EE. UU. por la Narrativa de "Democracia versus Autoritarismo"
CGTN Español

Autor: Xi Pu

Nunca faltan similitudes sorprendentes en la historia. Hace mil años, las Cruzadas, lanzadas por la Curia Romana y de doscientos años de duración, dejaron profundas repercusiones en las relaciones entre el Oriente y el Occidente. Hoy en día, Estados Unidos, como la "Santa Sede política" del Occidente, emprendió una Cruzada contemporánea contra el mundo no occidental aprovechando la narrativa de "democracia versus autoritarismo". Veamos sus similitudes.

I. Buscar subterfugios para justificar fechorías 

En la historia, el Papa Urbano II convocó a los creyentes a reconquistar Jerusalén, la Ciudad Santa, y defender la fe cristiana. Como en aquel entonces, la civilización cristiana quedaba rezagada respecto a la oriental y los europeos occidentales llevaban tiempo codiciando las riquezas de las costas orientales del Mediterráneo, la llamada "Expedición al Oriente" fue nada más un saqueo contra las civilizaciones más desarrolladas bajo el disfraz de la purga de "los infieles".

Mil años después, EE. UU. ha venido aprovechando al máximo este artilugio de buscar subterfugios para justificar sus fechorías. De América Latina y el Caribe a Asia, de la Unión Soviética a Asia Occidental y África del Norte, de la Doctrina Monroe a la "transformación de la democracia", de la "Primavera de Praga" a la "Primavera Árabe", y de las "revoluciones de colores" a la "democracia versus el autoritarismo", EE. UU. viene dejando desastres en otros países bajo el disfraz de la "democracia". Pascal Boniface, director del Instituto Francés de Asuntos Internacionales y Estratégicos, ha calificado explícitamente la "revolución democrática global" de EE. UU. como las "Cruzadas del siglo XXI".

II. Echar la culpa al prójimo

En la historia, Europa Occidental ya estaba devastada y sumergida en una precariedad antes de las Cruzadas. El Imperio Bizantino, del mismo origen étnico que el Imperio Romano de Occidente, estaba amenazado por las hordas turcas selyúcidas. Para desviar las contradicciones y mantener su dominio, la Curia Romana declaró la guerra, dando origen a las Cruzadas.

Mil años después, EE. UU. ha heredado su tradición de echar la culpa al prójimo. Ante la polarización política y una sociedad más que fragmentada, EE. UU. ha avivado primero la crisis de Ucrania en el frente occidental para contener a Rusia y atar corto a Europa, y luego provocado tensiones en el Estrecho de Taiwan y fraguado la alianza Quad y la "OTAN del Asia-Pacífico" en el frente oriental, haciendo caer el telón de acero de la "Nueva Guerra Fría".

III. Incitaciones y demagogia

En la historia, el Papa Urbano II, como renombrado vendedor maestro, describía Jerusalén como un "paraíso repleto de regocijo" para seducir a los habitantes de Europa Occidental a vender a sus propiedades e iniciar su expedición hacia el Oriente, lo que dio lugar a interminables controversias religiosas y choques entre civilizaciones en generaciones posteriores.

Mil años después, EE. UU. con su dominio magistral del arte de engaño político y trampas retóricas, ignora todo tipo de problemas sociales del país y amedrenta a su población con frecuencia: "China nos va a superar, ¡los estadounidenses debemos unirnos para competir con China y ganarla!".

Hacia sus aliados, con la retórica de que "los hermanos, a pesar de tener diferencias en casa, se unen para defenderse de las humillaciones de afuera", les saca provecho con las subvenciones ecológicas, la Ley de Reducción de la Inflación y las subidas de las tasas de interés de la Reserva Federal, esgrimiendo como pretexto la defensa de los valores comunes de EE. UU. y Europa.

Hacia China, Rusia y otros países, practica la retórica de "democracia versus autoritarismo", advirtiendo a los que no quieren seguir sus pasos con asedio, contención y supresión como si fueran "herejes contemporáneos".IV. “El fin justifica los medios”

IV. "El fin justifica los medios"

En la historia, las Cruzadas causaron innumerables tragedias a los islamistas, los judíos y los ciudadanos de a pie, e incluso vaciaron Constantinopla a la que deberían ayudar.

Mil años después, EE. UU. por un lado, practica sin freno intervenciones militares, sanciones económicas, infiltraciones culturales, manipulaciones electorales e incitaciones a disturbios para alimentar su propio complejo militar-industrial a expensas de otros países; y por el otro, se dedica a la "cosecha global" valiéndose del "privilegio del dólar", sin dejar a salvo ni siquiera a sus aliados.

V. Condenados al fracaso

En la historia, la gente llegó a conocer la hipocresía y la crueldad de las Cruzadas, por lo que la hegemonía y el prestigio de la Curia Romana cayeron en picado y el poder eclesiástico acabó siendo sustituido por el poder imperial.

Mil años después, la hegemonía de EE. UU. está en declive. El historiador estadounidense Paul Kennedy ha advertido que ningún imperio puede escapar al destino de decadencia al buscar su hegemonía.

Las Cruzadas ya son una historia pasada, al igual que el EE. UU. de hoy ya no es el que estaba en la cima de su poder en el momento del desembarco de Normandía, ni el que podía hacer lo que le diera la gana en el mundo cuando se vino abajo el Muro de Berlín, sino el que ha huido en desbandada en el "momento de Kabul". Es hora de que EE. UU. abandone su obsesión por la hegemonía.

(El autor es observador de asuntos internacionales en Beijing)