"El principio más importante de una emergencia, caso de una catástrofe, radica en dar prioridad a las personas, colocar sus vidas y su seguridad por encima de todo", dijo Xi Jinping.
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El 12 de agosto de 2004, el hoy día secretario general del PCCh, Xi Jinping, se encontraba en Jinhua, cumplimentando sus estudios e investigaciones. Después de que la estación meteorológica provincial emitiera una alerta de tifón, se apresuró inmediatamente a regresar a la sede provincial de Control de Inundaciones y Sequías, donde instó repetidamente a los cuadros locales a que convencieran a todos los pescadores en el mar y los criadores de playas cercanas de la imperiosa necesidad de evacuarse. En total eran más de 200.000, muchos de ellos, trabajadores emigrantes que no tenían ni idea de la ferocidad del temporal que se avecinaba.
El 13 de agosto, debido a la intensidad de las fuertes lluvias del tifón Rananim, una amplia zona de la llanura costera quedó inundada. Cuando se enteró de que más de 6.000 personas habían sido seriamente afectadas por las inundaciones en Wenling, Xi insistió en tomar un barco para visitar a los damnificados.
"En los momentos realmente difíciles, cuando el peligro se hace inminente, es precisamente cuando los miembros del Partido Comunista de China y los dirigentes a todos los niveles deben mostrar sus cualidades de liderazgo, pues ahí es donde reside la mayor responsabilidad de sus cargos", dijo Xi.
El secretario general Xi trabajaba en Fujian antes de llegar a Zhejiang, y estaba muy familiarizado con el proceder para lidiar con inundaciones y tifones. Estaba muy consciente de que la seguridad del pueblo es la prioridad número uno en tragedias de esta índole. Ante las sucesivas catástrofes y emergencias de gran magnitud, en Zhejiang se ha hecho costumbre que los cuadros a todos los niveles dominen a la perfección las estrategias para mitigar los estragos causados por tifones y, consecuentemente, tomen la iniciativa de dirigir en el frente, aportando ideas efectivas y rápidas.