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Especial: Existe un gran potencial para la cooperación bilateral y multilateral
CGTN Español

La vuelta a la presidencia de Lula da Silva ha dejado claras sus prioridades para Brasil: la lucha contra la pobreza, reanudar el crecimiento económico con redistribución de los ingresos, la reindustrialización del país y detener los abusos medioambientales. 

Brasil necesitará un esfuerzo gigantesco para reindustrializar su economía a varios niveles, como la inversión en investigación y desarrollo, la formación de mano de obra cualificada, la financiación y la transferencia de tecnología. China cuenta con las capacidades a nivel financiero, industrial y tecnológico para cooperar con Brasil en numerosos sectores prometedores, como vehículos eléctricos, tecnología de la información, 5G, energías renovables, ciudades inteligentes, sector sanitario, aeroespacial, biomedicina y semiconductores. 

Lula contribuyó decisivamente a la formación en 2006 del grupo BRICS, impulsando la cooperación en el mismo como un pilar fundamental de su política exterior y comercial, y ha abogado por su ampliación a nuevas naciones. 

El Gobierno chino ha optado por colaboraciones de carácter regional y multilateral con los países en desarrollo, estableciendo diálogos en foros conjuntos como el de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2015 y fundando el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras en 2016. Lula ha confirmado la vuelta de Brasil al foro China-CELAC, que se ha convertido en un importante lugar de acuerdos de financiación chinos.

Lula ha confirmado la vuelta de Brasil al foro China-CELAC, que se ha convertido en un importante lugar de acuerdos de financiación chinos.

Brasil podría seguir un camino similar al de Argentina, quien se unió recientemente a la iniciativa de la Franja y la Ruta, e intercambiar materias primas como petróleo y gas por infraestructura y tecnología, o favorecer la creación de empresas de titularidad compartida entre los dos países para facilitar la transferencia de tecnologías, una asignatura pendiente que tan solo recibió el 6 % de la inversión china entre 2005 y 2020, frente al 70 % de las fusiones y adquisiciones.

El renovado compromiso de Brasil con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU impulsará una transformación de sus patrones de producción y consumo hacia enfoques más sostenibles. La inversión China será fundamental para ello, y para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Existe una gran complementariedad económica y comercial entre los dos países, por lo que el potencial para el desarrollo conjunto es notable.

(Contribución de Luis Martín Rodríguez, analista de economía de CGTN Español.)