El 10 de abril, se cumplió un mes desde que Arabia Saudí e Irán dialogaran en Beijing. A lo largo de este mes, casi todos los días ha habido buenas noticias y novedades en Medio Oriente. Se ha acelerado la oleada de reconciliación en la región, con visitas, apretones de manos y conversaciones.

El 8 de abril, una delegación diplomática saudí llegó a Teherán, capital iraní, para discutir los detalles de la reapertura de Embajadas y Consulados. Antes, los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países se reunieron en Beijing para anunciar la reanudación formal de las relaciones diplomáticas. Con rapidez y eficacia, Arabia Saudí e Irán siguieron en Beijing la "hoja de ruta" y el "calendario" para el diálogo, avanzando por el camino de la distensión y demostrando con sus acciones la sinceridad de la reconciliación.
Arabia Saudí e Irán son dos importantes países de Medio Oriente que, con anterioridad, guardaban resentimientos el uno hacia el otro. Ahora, han convertido estos resentimientos en paz gracias a los esfuerzos de China por persuadir y facilitar las conversaciones, proporcionando un importante modelo para que los países de la región resuelvan sus conflictos mediante el diálogo y las consultas. En el último mes, los países de Medio Oriente se han movido más y han comunicado más, y la tendencia de distensión de las relaciones ha aumentado significativamente.
Por ejemplo, la situación en Yemen. El 8, la delegación saudí-omaní llegó a la capital yemení, Saná, y tiene previsto celebrar negociaciones para un alto el fuego con los hutíes. El mundo exterior predice que la guerra en Yemen, que se libra desde hace ocho años, puede estar llegando a su fin.

El 8 de abril, la delegación saudí-omaní llegó a la capital yemení, Saná
Fijémonos de nuevo en la interacción entre Siria y los países árabes. El mes pasado, Arabia Saudí y Siria acordaron reabrir las Embajadas de ambos países. Cuando estalló la crisis en Siria en 2011, las relaciones entre Arabia Saudí y Siria llegaron a un punto de congelación, ya que los saudíes se oponían al Gobierno sirio. Doce años después, la distensión de las relaciones entre Arabia Saudí y Siria significa también que Siria puede volver a la familia árabe. En una señal positiva, el presidente de Emiratos Árabes Unidos, al recibir la visita del presidente sirio, Bashar al-Asad, el mes pasado, dijo explícitamente que "es hora de retomaros, de devolveros al seno árabe".
La situación en Medio Oriente es compleja y la "ola de reconciliación" no ha llegado fácilmente. Muchos analistas creen que es el resultado de una combinación de factores internos y externos.
Desde una perspectiva interna, los pueblos de Medio Oriente llevan mucho tiempo sufriendo la guerra y anhelando la paz. En la actualidad, muchos países de Medio Oriente están pasando de "buscar la seguridad" a "buscar el desarrollo".
En el exterior, Estados Unidos ha acelerado su "retirada" de Medio Oriente en los últimos años y ha seguido dirigiendo su atención y recursos a la región de Asia-Pacífico. Muchos países de Medio Oriente creen que Washington ha abandonado sus compromisos anteriores de seguridad con sus aliados y que ya no se puede confiar en él.
En este proceso, la postura imparcial de China, basada en no buscar beneficios privados y no involucrarse en pequeños círculos se ha ganado la confianza de los países de Medio Oriente.
Por supuesto, las contradicciones en Medio Oriente son complejas y de larga duración, y el camino hacia la reconciliación no será fácil, sobre todo porque siguen produciéndose interferencias y perturbaciones desde el exterior.
Sin embargo, la tendencia general al desarrollo pacífico es irreversible. Para Medio Oriente, los últimos 30 días son sólo el principio. La próxima serie de acontecimientos, como la visita del presidente iraní, Ebrahim Raisi, a Arabia Saudí, el alto el fuego en Yemen, el regreso de Siria a la Liga Árabe y la intensa interacción entre los altos mandos, merecen la expectación del mundo.
En la "oleada de reconciliación" en Medio Oriente, China seguirá siendo un facilitador de la seguridad y la estabilidad, un cooperador del desarrollo y la prosperidad, y un promotor de la unidad. Hay razones para creer que este pequeño paso hacia la paz entre Arabia Saudí e Irán es también un gran paso hacia la reconciliación en la región.