La ciudad japonesa de Karuizawa, en la prefectura de Nagano, acoge la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G7. El encuentro tiene lugar en medio de protestas contra el bloque.

Se espera que los máximos diplomáticos del G7, incluyendo el japonés Yoshimasa Hayashi, y el estadounidense Antony Blinken, discutan cuestiones como la crisis en Ucraina y el desarmamento nuclear. El 16 de abril, Hayashi y sus homólogos del G7 se desplazaron a la sede de la reunión, Karuizawa, en tren desde Tokio. Las conversaciones tienen como fin preparar la agenda para la reunión de líderes del G7, que tendrá lugar en mayo en Hiroshima. A su llegada a la estación de tren, los cancilleres fueron recibidos por manifestantes.

"Es cuestionable que solo los países desarrollados sostengan conversaciones. Pongo en cuestión que coman juntos y hablen de las opiniones de los países más pobres y de los países que ahora mismo están en guerra", dijo un manifestante llamado Mieko Yamazaki.

"Las cuestiones que defendemos, como la paz, la energía antinuclear, el vertido de residuos nucleares al mar, no se están discutiendo de forma constructiva por el bien del pueblo. En la discusión se representarán los intereses de las grandes potencias. No creo que eso esté bien", expuso Kano Iwashita, otro de los manifestantes.