Desde la pasta casera de antiguas recetas familiares hasta la pizza al horno de leña en restaurantes clásicos, es fácil entender por qué la cocina italiana es la favorita de muchos. Y puede que en un futuro próximo, sea reconocida oficialmente por la UNESCO.

Tanto para los turistas como los locales, Roscioli es una institución culinaria. Y, como muchos restaurantes italianos, es un negocio familiar con décadas de historia a sus espaldas.

En el menú hay platos de fama internacional, en los que se nota el alma y la pasión.

Esta conexión, la artesanía y el conocimiento son el núcleo de la petición italiana para que su cocina sea admitida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

La candidatura propuesta por el Gobierno italiano hace hincapié también en la sostenibilidad y biodiversidad de la cocina italiana.

La campaña tiene más en mente la conservación de la cocina italiana que su difusión.

La UNESCO evaluará la petición del Gobierno italiano y tomará una decisión antes de que acabe el 2025.