La provincia de Qinghai, en el noroeste de China, es hogar de una numerosa población del pueblo de Xizang. Muchos de ellos han mantenido su estilo de vida nómada. Estos días, con el aumento de las temperaturas, los pastores han empezado a trasladar su ganado a pastos veraniegos, un viaje que no siempre es tranquilo.

Zan Jie Bu Jia vive en el distrito de Gangcha, en la prefectura autónoma de Xizang de Haibei. Pero tanto él como su familia se encuentran de camino hacia pastos veraniegos, junto a su ganado y suministros de primera necesidad.

Qinghai es una de las cuatro mayores áreas pastorales de China. Entre los pastores, es tradición rotar los pastos para el ganado cuando cambian las estaciones. Con ello, buscan dañar los pastizales lo menos posible.

Los caballos siguen siendo parte indispensable de su camino. Hace alrededor de diez años, Zan Jie Bu Jia tuvo que recorrer más de 200 kilómetros. Pero en años recientes, el Gobierno le ha ayudado a optimizar la ruta, reduciéndola unos 60 kilómetros.

El clima en la llanura Qinghai-Xizang es impredecible. Lo que empezó como un día soleado acabó con nubes y viento. El padre de Zan Jie Bu Jia, preocupado porque su ganado pudiera perderse a causa de este clima, decidió levantar una tienda y tomar un descanso. Pronto empezó a nevar con fuerza. Zan Jie Bu Jia y su mujer se apresaron a reunir todo su ganado. Luego, sentados, bebieron té caliente para calmar su fatiga. Zan Jie Bu Jia explicó por qué trasladan los animales.

Trasladar el ganado no es, únicamente, un estilo de vida, sino una forma de cumplir con las leyes de la naturaleza. Protege el medioambiente al impedir el sobrepastoreo y, con ello, se garantiza un futuro sostenible para los pastores.

Nieva con menos fuerza, pero Zan Jie Bu Jia y su mujer debaten la mejor ruta de cara a los próximos 30 kilómetros antes de partir. Se dirigen a mayores altitudes y el viaje será mucho más difícil. Por ello, deben planificarlo bien para garantizar que su ganado no pierde peso por el camino.