Privacidad y Cookies

Al continuar navegando en esta web acepta el uso de cookies, la política de privacidad revisada y los términos de uso. Puede cambiar la configuración de las cookies en su navegador.

Estoy de acuerdo
Preservar la Amazonía es clave para evitar el cambio climático en el mundo
CGTN Español

06:03

Error loading player: No playable sources found

La selva amazónica juega un papel clave en la lucha contra el cambio climático y frenar su deforestación es esencial para evitar que suba la temperatura en el planeta y hayan tantos eventos extremos como se están produciendo.

"La floresta amazónica desempeña un papel fundamental en la regulación del clima global, actuando como un absorbedor de carbono, absorbe gran cantidad de CO2 de la atmósfera y ayuda a mitigar el calentamiento global. No obstante, cuando esta floresta es deforestada, el carbono guardado se libera a la atmósfera, en forma de CO2, contribuyendo al efecto estufa y al calentamiento global. Si se reduce esta floresta, se retira estos árboles, y se reduce la capacidad de la floresta de regular la temperatura y el ciclo hidrológico, que uno de sus principales procesos es la vapotranspiración, donde cerca del 70 % del agua que cae a la superficie regresa a la atmósfera a través de este proceso", dijo Ingrid Peixoto, meteoróloga del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA). 

"Si tienes una gran cantidad de árboles derribados, se abre un desierto. El agua que se produciría allí no se produce, el agua que podría ser retenida por el sistema de fotosíntesis, digamos que no es propicia, con lo que hay una deficiencia de agua. Así, vemos locales con mucho calor y locales con mucha lluvia, queda algo dísparo, algo que no es común, mucha lluvia en locales donde no la había, o había lluvia pero era prevista, y ahora no lo vemos más, y en lugares con calor extremo, no cae una gota de agua, el clima queda seco, de desierto", afirmó Rogerio Aparecido, profesor de Química y Medio Ambiente en la Universidad MacKenzie. 

La alta tasa de deforestación en la Amazonía durante las últimas décadas ha empezado a provocar los primeros efectos en Brasil, con lluvias más intensas en algunas regiones, provocando grandes inundaciones y deslizamientos de tierra, que anualmente causan la muerte de centenares de personas, y sequías más prolongadas en otras, con los problemas que la falta de agua conlleva.

"De modo general, en Brasil, por regiones, observamos que en el norte y noreste hay un aumento de la temperatura y de sequías, excepto en el litoral del noreste, donde hay más precipitaciones y deslizamientos de tierras por eventos extremos. En la región central, centro-oeste de Brasil, debido a un bloqueo atmosférico, veremos récords de temperaturas y bajos índices de humedad relativa, también récords, y en el sur, episodios de inundación y deslizamientos serán más frecuentes, porque como es El Niño, tiene la mayor condición de ocurrir lluvias superiores a las esperadas en la región", dijo Ingrid.

"Abosultamente se ve en Brasil. En los últimos años, por ejemplo, el peor de todos fue en este inicio de año, en nuestro verano, donde tuvimos una lluvia de más de 600 mm en un día, es un absurdo. Hay países en los que no llueve esto ni en un año ni en 2 o 3 años. Lo tuvimos en un día, en un lugar de encosta. En otros lugares, como en el sur del país, pasamos por meses de sequía, en locales que están considerados fríos por estar en el sur del país, donde hay más humedad. En algunos lugares en el sur del país, se está llegando a entre 30 y 40 grados sin ser el verano, y no cae una gota de agua. En las grandes ciudades, como Sao Paulo, el calor es intenso, y no llueve durante muchos días, y cuando llueve lo hace en exceso. Esto siempre fue", señaló Rogerio.

Una de las discusiones entre los especialistas en medio ambiente es si la situación actual puede ser revertida o no. Los dos especialistas coinciden en que sí que se puede frenar el cambio climático y consideran que una de las claves es educar con consciencia a la juventud, para que ya tengan desde jóvenes.

"La educación y sensibilización, la cooperación internacional, la inversión en investigación, son medidas que, combinadas y aplicadas de forma integral, pueden ayudar a mitigar, a reducir los efectos del cambio climático, los fenómenos extremos de una forma más resiliente y sostenible", contó Ingrid.

"Lo que es importante, como profesor lo digo, los niños tienen que aprender, son los niños, adolescentes, este tipo de gente menor, el mejor tipo de gente que existe en el planeta, los niños, tienen que ver lo que es correcto, para que cuando tengan nuestra edad, digan ‘esto no se puede, esto no está bien’, y el niño que formamos, lo entenderá mucho más fácil", afirmó Rogerio.

Dentro de las preocupaciones mundiales contra el cambio climático, Brasil acogerá en 2025 la COP-30, la cumbre de las Naciones Unidas que busca soluciones contra estos cambios, una cumbre cargada de simbolismo porque será en Belém do Pará, en plena Amazonía.

"La COP-30 es un evento internacional de los más importantes, de la ONU, sobre el cambio climático y que por primera vez, para nuestra satisfacción, se realizará en tierras amazónicas. Será un marco diez años después de la firma del Acuerdo de París, la Cop-21, en 2015", explicó Ingrid.

"La COP es excelente, y debería haberse hecho hace mucho tiempo, porque atraer los ojos de los países, decir 'mira cómo es esto aquí', mostrarlo. Se discutirán nuestros problemas y los del planeta, nosotros continuamos con la mayor parte de la población mundial pobre, y yo, como profesor universitario, siempre les digo a mis alumnos, que pedirle a una persona que tenga responsabilidad ambiental si está preocupada con lo que tendrá para comer mañana y si lo tendrá, es difícil", dijo Rogerio.

Tras unos años aislado mundialmente y sin preocuparse del medio ambiente, Brasil vuelve a ser un actor importantísimo en el mundo para luchar contra el cambio climático y quiere ejercer un papel de liderazgo mundial aprovechando que la mayor parte de la Amazonía está en su territorio. Un papel, que como muestra la elección de la COP30 en Belém, el mundo parece que le quiere otorgar a Brasil.