Cada vez más turistas chinos optan por pasar sus vacaciones de verano en la áreas rurales del país. Las políticas de revitalización rural del Gobierno central chino han impulsado el sector turístico de aldeas y pueblos que hace una década vivían en la pobreza.

Tráfico intenso, largas colas y una densa muchedumbre. Imágenes que se repiten cada verano en Dutang, una aldea de la provincia central china de Hubei. La inesperada popularidad de la que goza hoy Dutang contrasta claramente con su duro pasado. Hace una década, en la aldea vivían apenas 1.400 personas. La mayoría de sus residentes emigraron a otras regiones en busca de trabajo, dejando atrás a sus ancianos y numerosas tierras que quedaron sin cultivar.

Aprovechar el patrimonio cultural de la aldea como imán para el turismo. En 2014, Dutang consiguió atraer con éxito inversiones de múltiples compañías, impulsando el desarrollo de sus tierras rurales.

Primero, convencieron a los residentes para que arrendaran sus viejas, desocupadas y destartaladas casas, y las transformaron en aldeas de estilo tradicional chino. En 2017, Dutang estableció un ecosistema integral de turismo rural que incluía actividades de ocio, experiencias culinarias y alojamiento.

Con un área de 4,7 kilómetros cuadrados, este destino turístico ofrece numerosas atracciones, desde actuaciones en directo y actividades recreativas, hasta campamentos y cocina local. Los visitantes pueden disfrutar de todas estas experiencias hasta las 10:30 de la noche, convirtiéndose, de este modo, en una popular elección para miles de familias en esta época pospandémica.

Dutang ha llegado a dar la bienvenida a 40.000 visitantes al día.

China ha puesto de relieve el papel clave del turismo en el impulso del consumo doméstico. A finales de julio, el país publicó un plan de veinte medidas destinadas a fomentar y ampliar el consumo. Entre ellas, estrategias para promover la participación cultural, el fomento del crecimiento del turismo rural y el fortalecimiento del apoyo financiero al sector.