El gobierno japonés insiste en verter aguas residuales contaminadas con material nuclear de la paralizada central nuclear de Fukushima Daiichi en el océano Pacífico a partir del 24 de agosto, poniendo en peligro la seguridad marina y la salud de la población. Aunque la medida ha provocado preocupación en todo el mundo, algunos medios de comunicación occidentales, como la VOA y la CNN, afirman que solo China se ha manifestado en contra del vertido japonés.

¿Es China el único país que se opone al vertido de Japón? La respuesta es absolutamente no. La opinión pública de muchos países, incluido Japón, ha expresado su profundo descontento. Los ciudadanos japoneses salieron espontáneamente a la calle y presentaron peticiones contra el vertido de agua. Oleadas de protestas se han extendido por todo Japón sin visos de amainar. Hideki Taki, uno de los organizadores de las manifestaciones, expresó su extrema indignación contra la medida unilateral del gobierno japonés de seguir adelante con el vertido.
El vertido de aguas residuales nucleares en Japón ha provocado protestas también en Corea del Sur, Filipinas y Fiyi. Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático de Corea del Sur, dijo que Japón había cruzado una línea que no debía cruzar. "El vertido de aguas contaminadas es una provocación para todos nosotros, los habitantes de la Tierra", declaró Lee en una entrevista con Bloomberg. Los ecologistas y pescadores filipinos denunciaron la medida de Japón como una "enorme apuesta que arriesga la vida de la gente" e instaron a la comunidad internacional a actuar contra el vertido japonés, que está convirtiendo el océano en un vertedero.
Los ciudadanos de Fiyi expresaron su fuerte insatisfacción por la "horrible y horrenda" medida de Japón. "Es una falta de respeto a nuestros derechos como seres humanos", declaró Lusia Lagilevo, una manifestante de Fiyi, y añadió: "Aunque seamos de pequeños países insulares, seguimos mereciendo que se respeten nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestras libertades". Otros países del Pacífico también reclamaron que Japón vertiera el agua contaminada por la energía nuclear en su propio suelo, en lugar de en el océano Pacífico. La Ministra Federal de Medio Ambiente de Alemania se mostró muy crítica con cualquier vertido adicional de sustancias radiactivas al mar.
Mientras tanto, los científicos han expresado sus sospechas sobre la seguridad del vertido japonés. La Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, con sede en Washington, advirtió en un informe publicado en Science en 2021 que isótopos más peligrosos y de vida radiactiva más larga (rutenio, cobalto, estroncio y plutonio) pueden colarse a veces en el proceso ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos).
En el artículo "¿Es segura el vertido de aguas residuales de Fukushima? Lo que dice la ciencia" publicado en Nature en junio, el biólogo marino Robert Richmond, de la Universidad de Hawai, se preguntaba: "¿Han demostrado las personas que promueven esto (el vertido por parte de Japón de aguas residuales nucleares)... a nuestra satisfacción que será seguro para la salud de los océanos y la salud humana?". "La respuesta es no", dijo Richmond. Como uno de los cinco científicos que forman parte de un panel que asesora al Foro de las Islas del Pacífico, Richmond afirmó que tras revisar los datos de TEPCO y el gobierno japonés, y visitar la central nuclear de Fukushima, sus sospechas sobre el vertido no han sido atendidas.
Pero, curiosamente, las voces que se oponen al vertido japonés parecen haber enmudecido en los medios de comunicación occidentales. ¿Está Occidente haciendo oídos sordos deliberadamente a estas voces? Recientemente, un vlogger entrevistó a 20 personas al azar en las calles estadounidenses. Solo uno de los entrevistados, que es de Corea del Sur, sabía que Japón había vertido aguas residuales nucleares, mientras que otros no sabían nada del vertido y no habían visto ningún informe al respecto en los medios de comunicación locales.
Los medios de comunicación occidentales, que se oponen a China y la acusan de jugar a un juego "geopolítico", minimizan deliberadamente los peligros del vertido japonés y ni siquiera informan al público. El doble rasero y los prejuicios de algunos países occidentales no son ninguna novedad. La exageración de que solo China se ha opuesto al vertido de Japón es nada más que otro ejemplo. Occidente ejerce un doble rasero en cuestiones bioambientales para obtener beneficios políticos, pero es el público que está pagando el precio.