El Senado de Estados Unidos presentó el día 26 un proyecto de ley de financiación a corto plazo para evitar que el día 30 se produzca un cierre del Gobierno. El objetivo es mantener el flujo de dinero hasta el 7 de noviembre y dar más tiempo al Congreso para llegar a un acuerdo más amplio.
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Los legisladores trabajaron durante todo el fin de semana y ahora están en una carrera contra el tiempo trabajando en la legislación destinada a mantener las agencias gubernamentales críticas financiadas, mientras se avecina un cierre de la Administración. El republicano Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, está bajo presión para detener el cierre frente a los conservadores de línea dura que piden recortar el gasto.
"Estamos dando una oportunidad a los demócratas, para que se unan a nosotros para mantener el Gobierno abierto'', dijo Kevin McCarthy.
Se repite la situación de hace unos meses. Las mismas divisiones republicanas llevaron a Estados Unidos casi al impago de su deuda en junio, antes de que el Congreso votara a favor de elevar los límites de gasto para mantener el Gobierno en funcionamiento durante el verano.
El presidente estadounidense insta a la oposición a dejar de lado las divisiones internas que han desencadenado anteriores cierres del Gobierno.
"Hace apenas unos meses, el presidente de la Cámara y yo acordamos los niveles de gasto para el Gobierno. Ahora, un pequeño grupo de republicanos extremistas de la Cámara no quieren cumplir con ese acuerdo. Todos en Estados Unidos podrían enfrentarse a pagar el precio'', manifestó Joe Biden.
Algunos republicanos ultraconservadores de la facción Freedom Caucus se oponen a una medida de financiación a corto plazo, conocida como resolución continua, para aguantar los recortes de gastos. Incluso algunos miembros de esa facción instan ahora a los rebeldes a detenerse.
Si los legisladores son incapaces de ponerse de acuerdo, el Gobierno federal corre el riesgo de cerrar el 30 de septiembre.