El pueblo chino tiene la costumbre de obtener alimentos desde sus entornos. Durante miles de años, los laboriosos lugareños de Lanshan han seguido los cambios de la naturaleza para crear sus propios manjares en la bahía de Haizhou. Las delicias de la primavera llevan los recuerdos culinarios de generaciones de lugareños y se mezclan con la nostalgia por su tierra natal y su gente.

El clima trae cambios en los productos y ofrece diferentes experiencias culinarias. Desde las marismas hasta el alta mar, la gente sigue los pasos de las estaciones para explorar las delicias con trabajo duro, paciencia y sabiduría, para escribir nuevas historias sobre la vida de los pescadores.