Ubicadas en Hangzhou, la ciudad anfitriona de los XIX Juegos Asiáticos, las ruinas arqueológicas de la ciudad de Liangzhu son un testimonio de la espléndida civilización de China. El lugar fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2019.
La misteriosa y antigua cultura Liangzhu inspiró el diseño de la antorcha de los XIX Juegos Asiáticos de Hangzhou, denominada como la "Llama Eterna", que no solo representa el espíritu deportivo del evento, sino que, como su nombre indica, también transmite la noción de que la civilización china se transmite de generación en generación.
La misteriosa y antigua cultura Liangzhu inspiró el diseño de la antorcha de los XIX Juegos Asiáticos de Hangzhou, denominada como la "Llama Eterna".
En cuanto a la cabeza de esta antorcha en particular, su diseño se inspira en el "yucong' o jade "cong", como se les llama a los artefactos ceremoniales de jade típicos de la civilización Liangzhu, que abundan en número y sobresalen por su artesanía.
Cuadrado por fuera pero circular por dentro, este antiguo cilindro de jade presenta una forma armoniosa que integra el cuadrado y el círculo de manera única y se encuentra entre los tesoros más distintivos de la cultura Liangzhu. Es una de las piezas rituales de jade más raras de China y sus exquisitos detalles tallados continúan maravillando a la gente miles de años después de su elaboración.
La cabeza de la antorcha se inspira en el "yucong' o jade "cong".