Las inundaciones asolaron la tierra en la antigüedad, tragándose montañas y colinas. Gun（gǔn）, descendiente del emperador Celestial, incapaz de presenciar el sufrimiento de la humanidad, resolvió calmar el diluvio. Gun conoció de la existencia del tesoro celestial Xirang, capaz de autoregenerarse, y lo robó para construir diques y presas que contuvieran las inundaciones. El emperador Celestial se enfureció al descubrir el robo de Xirang y envió al dios del fuego, Zhurong, a matar a Gun en el monte Yu.