Desde recitar poemas épicos hasta perfeccionar el bordado tradicional, la minoría kirguís en la zona sur de Xinjiang, noroeste de China, está cultivando talentos jóvenes y habilidades vocacionales para salvaguardar su rica herencia cultural.
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El talentoso cantante Yumitali presenta la épica Manas, una venerada tradición del pueblo kirguís transmitida de generación en generación. Influenciado por su madre, el joven de 15 años inició su aprendizaje del canto de Manas a la temprana edad de tres años, abrazando así la rica tradición. En la escuela, comparte con sus compañeros segmentos clásicos del poema.
Iniciado como una tradición oral, Manas fue posteriormente recopilado y organizado por expertos a lo largo de los años, resultando en la publicación de ocho volúmenes con un total de 230 mil líneas. Con el objetivo de preservar este patrimonio cultural, el gobierno no solo respalda económicamente a los herederos de Manas, sino que también se concentra en fomentar el talento relacionado con esta tradición.
En una escuela vocacional local, presenciamos la preservación de la artesanía tradicional kirguisa en el bordado y la elaboración de instrumentos de cuerda Kumuz. La escuela ha establecido un centro de formación en bordado en colaboración con empresas y academias de arte, invitando a portadores del patrimonio a orientar y enseñar este arte. La mayoría de los estudiantes, especializados en artes y manualidades, dedican su tiempo libre a aprender habilidades relacionadas según sus intereses personales. Además del bordado tradicional en artículos más grandes como alfombras y ropa de cama, se les anima a innovar aplicando decoraciones a bufandas, sombreros y artículos de estilo de vida de moda para atraer a las generaciones más jóvenes.
"Es imperativo preservar y difundir la tradición del bordado kirguís, fusionando la artesanía ancestral con la moda contemporánea para hacerla más accesible a un público más amplio. Una vez que los estudiantes adquieran esta habilidad, les será beneficioso tanto en su futuro empleo como en emprendimientos personales", dijo Nisha Khan Turgan, profesora de bordado.
Según la maestra, algunos de sus estudiantes iniciaron sus propios negocios después de graduarse y encontraron empleo en industrias relacionadas. La combinación del desarrollo del talento y la formación profesional ha motivado a más jóvenes a comprometerse en la preservación del patrimonio cultural.