En fechas recientes, diversas universidades chinas, incluyendo destacadas instituciones como Pekín y Tsinghua, han declarado su propósito de aumentar su accesibilidad al público. Esta decisión ha generado tanto elogios como inquietudes.

Si bien hay quienes argumentan que las universidades, al ser recursos públicos, deben abrirse al público, muchos estudiantes y miembros del personal expresan inquietudes sobre que una apertura sin restricciones pueda afectar la vida normal en el campus y aumentar la carga administrativa.
Más de diez de las principales universidades chinas han anunciado recientemente la simplificación de los procedimientos para los visitantes públicos que deseen ingresar a sus campus. Aquellos que no sean estudiantes ni empleados podrán acceder solo mediante cita previa en línea o presentando su documento de identidad en la puerta de entrada.

La Universidad de Pekín y Tsinghua atraen a numerosos estudiantes y visitantes, especialmente durante las vacaciones de verano e invierno. En preparación para las vacaciones de invierno, ambas instituciones han introducido nuevas medidas, como la ampliación del horario de apertura y un aumento en la disponibilidad de citas, para hacer frente al incremento de visitas previsto para finales de diciembre.
La Universidad de Tsinghua informó que el número de visitas públicas a los campus disponibles los fines de semana y festivos ha aumentado a 12.000 personas al día, un 50 % más que antes. La universidad también ha planificado 10 rutas turísticas especiales, con más de 200 estudiantes voluntarios que actúan como guías turísticos.
El 2 de enero, el Ministerio de Educación declaró que una mayor apertura de los campus al público ayudará a las universidades a integrarse mejor en la sociedad y a servirla mejor. Sin embargo, el ministerio también señaló la necesidad de encontrar un equilibrio entre apertura y gestión, proteger los derechos e intereses legítimos de las universidades y evitar problemas de seguridad.